El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha declarado que suspenderá el suministro de armas a Israel en caso de que se lance una operación militar a gran escala en Rafá, al sur de la Franja de Gaza. Esta decisión surge ante el temor de que el armamento pueda resultar en víctimas civiles, dado que más de 1,4 millones de palestinos desplazados residen en la zona. En respuesta, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha afirmado que Israel "se mantendrá solo" si es necesario, ante la amenaza de retención de armas por parte de Estados Unidos.
Las tensiones entre Israel y Estados Unidos se intensifican a raíz de la postura de Biden sobre el posible uso de armamento en Rafá. Esta situación refleja la complejidad del conflicto entre Israel y Hamas, y plantea desafíos adicionales para la diplomacia en la región. La decisión de Biden marca un cambio significativo en la política estadounidense hacia Israel, y subraya la preocupación por el impacto humanitario de las operaciones militares en zonas densamente pobladas.