Bruselas, 11 nov (EFE).- La CE ha rebajado este jueves su previsión de crecimiento del PIB español en 1,6 puntos para este año, hasta el 4,6 %, y en ocho décimas la del próximo, hasta el 5,5 %, unas estimaciones más pesimistas que las del Gobierno, pese a que Bruselas asegura que la recuperación en España "está ganando tracción".
Las cifras recogidas por el Ejecutivo comunitario en sus previsiones macroeconómicas de otoño se quedan muy lejos de los avances del 6,5 % en 2021 y del 7 % en 2022 que prevé el Gobierno en el proyecto de presupuestos y hace que España pase de liderar la recuperación, como se preveía en verano, a ser la séptima por la cola en la eurozona, que crecerá de media un 5 % este año.
El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, atribuye el recorte con respecto a las previsiones emitidas en julio a "los cuellos de botella en la oferta, los crecientes precios de la energía y su impacto en la economía, y un consumo doméstico menos dinámico".
Sin embargo, ha incidido en que la proyección más baja para este año "se enmarca en una fuerte expansión de la economía en el horizonte de las previsiones", hasta 2023. "Las cosas se han movido un poquito más tarde, pero el horizonte es de fuerte expansión", ha dicho en una rueda de prensa.
Bruselas destaca que después de contraerse en el primer trimestre del año (-0,6 %) y subir menos de lo esperado en el segundo (1,1 %), el crecimiento del PIB acelerará en la segunda mitad de año gracias a la retirada de las restricciones por la covid-19, el "éxito" de la campaña de vacunación y el apoyo del sector servicios, incluido el turismo.
Así, tras sufrir el mayor desplome (11 %) del PIB en la UE en 2020, este año España registrará un crecimiento del 4,6 %, que acelerará hasta el 5,5 % en 2022 y se moderará en 2023, hasta el 4,4 %.
Esto significa que España volvería a encabezar la recuperación en la eurozona el año que viene, pero solo retornaría al PIB previo a la pandemia en el primer trimestre de 2023, más tarde que la mayoría de países europeos.
CONSUMO Y FONDOS EUROPEOS TIRARÁN DEL CRECIMIENTO
Según la Comisión, el crecimiento se verá sostenido por el consumo privado, gracias al ahorro acumulado y la recuperación del empleo, la implementación del plan de recuperación, que "incentivará inversiones públicas y privadas"; y la contribución del sector exterior por la normalización del turismo internacional.
Bruselas advierte, no obstante, de que hay varios riesgos a la baja, en particular la persistencia o repunte de la pandemia en otros países, que podría afectar al turismo, los cuellos de botella en la oferta y los precios de la energía y el transporte.
Por el lado positivo, cree que la implementación del plan de recuperación podría tener un efecto mejor del previsto en el crecimiento.
INFLACIÓN AL ALZA
La Comisión espera, por otra parte, que los precios de la energía se mantengan en niveles "récord" hasta el segundo trimestre de 2022 pese a las medidas adoptadas por el Gobierno para contenerlos, lo que sumado a la indexación de las pensiones conforme al IPC presionará al alza los precios.
La tasa de inflación subirá este año al 2,8 %, se moderará hasta el 2,2 % el próximo y caerá al 0,7 % en 2023, aunque Bruselas apunta que el estancamiento del mercado de trabajo debería ayudar a contener los salarios, evitando los efectos de segunda ronda (que el aumento de la inflación lleve a un incremento de sueldos que eleve aún más los precios).
BAJAN PARO Y DÉFICIT
Al contrario que con el crecimiento, la Comisión es más optimista que en sus últimas proyecciones en lo relativo al empleo. Destaca que el mercado laboral se está recuperando "rápido" gracias a los ERTE y proyecta que el paro se reducirá al 15,2 % en 2021 (el 15,7 % preveía en mayo), al 14,3 % en 2022 (14,4 %) y al 13,9 % en 2023.
En cuanto al balance fiscal, estima que el crecimiento, la retirada de medidas de apoyo por la covid-19 y el buen desempeño de los ingresos permitirán reducir el déficit desde el 11 % del PIB en 2020 hasta el 8,1 % en 2021 (cinco décimas más de lo previsto en mayo), al 5,2 % en 2022 y al 4,2 % en 2023.
La deuda pública aumentará en seis décimas este año, hasta el 120,6 %, y bajará en el próximo (118,2 %) y en 2023 (116,9 %).
Esta senda de estabilización de las finanzas públicas es algo menos optimista que la prevista por el Gobierno, que espera que la deuda baje al 119,5 % del PIB este año y al 115,1 % el próximo y el déficit sea del 8,4 % y 5 %, respectivamente.