El déficit presupuestario de Estados Unidos alcanzó los 2,77 billones de dólares durante el año fiscal 2021, que acabó el pasado 30 de septiembre, el segundo mayor de la historia del país.
No obstante, esta cifra supone una mejora respecto a los números del año pasado, cuando el país batió el récord de 3,13 billones de dólares de déficit presupuestario para el año fiscal 2020.
La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, y la directora en funciones de la Oficina de Gestión y Presupuesto, Shalanda Young, destacaron en un comunicado que el déficit de 2021 fue 360.000 millones de dólares inferior al del año fiscal anterior.
A su juicio, esto refleja el progreso de la economía gracias al paquete de estímulo de 1,9 billones de dólares, impulsado por el presidente Joe Biden y aprobado en marzo pasado por el Congreso, y el avance de la campaña de vacunación contra la covid-19.
Como parte de la economía en conjunto, el déficit en 2021 supuso el 12,4 % del producto interior bruto (PIB), por debajo del 15 % del año fiscal 2020.
El gasto fue espoleado por costes relacionados con la pandemia como la ampliación de las prestaciones por desempleo, los préstamos de emergencia a las pequeñas empresas y los depósitos directos a las familias más vulnerables.
En concreto el gasto del Gobierno subió el 4,1 % hasta los 6,82 billones de dólares, mientras que los ingresos federales aumentaron el 18 % respecto al año pasado hasta poco más de 4 billones de dólares.
La subida de los ingresos fue debida en buena parte a la recaudación de más impuestos, tanto de rentas individuales como de corporaciones, que superaron las proyecciones oficiales.
La independiente Oficina de Presupuesto del Congreso espera que el déficit descienda a 1,15 billones de dólares durante el año fiscal 2022, que se inició el 1 de octubre; y que se reduzca a 1 billón entre el año fiscal 2023 y el 2025.
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