En una medida que ha generado controversia, la administración Biden-Harris está utilizando fondos de los contribuyentes para mitigar el impacto de los próximos aumentos en las primas de Medicare. Según la Ley de Reducción de la Inflación (IRA), las aseguradoras están preparadas para incrementar significativamente las primas mensuales de los planes de la Parte D, con una triplicación esperada para 2025.
En respuesta a las críticas, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS) han lanzado un "proyecto de demostración" de tres años para subsidiar estas primas y mantenerlas artificialmente bajas. Sin embargo, los críticos argumentan que esta medida solo trasladará los costos a los contribuyentes, aumentando los subsidios de $30 a $142.70 por beneficiario mensualmente, lo que podría tener un impacto negativo en el gasto y la deuda del gobierno a largo plazo.
Joe Grogan, ex asesor del presidente Trump, ha calificado la maniobra de "repugnante", argumentando que está diseñada para proteger a la administración en el corto plazo mientras los costos reales se posponen. Paragon Health Institute ha descrito el plan como una "demostración falsa y costosa", señalando que los cambios en la IRA harán que los planes no participen sean inviables.
Un estudio de Fidelity muestra que una persona de 65 años puede esperar gastar $165,000 en atención médica durante su jubilación, muy por encima de las expectativas promedio de $75,000. Esto destaca una desconexión entre los costos proyectados y la percepción pública.
En abril de 2024, había 67,3 millones de estadounidenses inscritos en Medicare, con aproximadamente el 80% cubiertos por la Parte D. Grogan advierte que el problema se agravará en los próximos años y que la administración está eludiendo una solución real a largo plazo.