La Paz, 1 nov (EFE).- Bolivia recibió al mediodía de este lunes las almas de sus difuntos con la preparación de mesas o altares llenos de pan, bebidas y comida que se instalaron en instituciones estatales, viviendas privadas y cementerios por la festividad de Todos Santos.
La tradición señala que al mediodía del 1 de noviembre las almas de los difuntos visitan el mundo de los vivos y para ello se alistan esos espacios repletos de símbolos como señal de acogida y caracterizados por figuras de pan y por la comida preferida de ser querido al que se recuerda.
Justamente en esta jornada uno de los principales altares estuvo en la casa de Gobierno en La Paz, donde participaron algunos ministros y altos funcionarios para recordar a figuras políticas en medio de ritos que entremezclan las costumbres andinas con rezos y cánticos del catolicismo.
Durante un corto discurso, la ministra de Culturas, Sabina Orellana, destacó que esta festividad, que se conoce en otros países de América como el Día de los Muertos, Día de Todos los Santos o Día de los Difuntos, representa el "reencuentro" entre vivos y muertos y que en una señal de "interculturalidad" se representaron las distintas regiones del país como el altiplano, los valles y los llanos.
En la mesa gubernamental se rescató la imagen de figuras indígenas históricas como Tupac Katari, Bartolina Sisa, el guerrillero argentino-cubano Ernesto "Che" Guevara, varias exautoridades del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) además de algunos de los fallecidos en la crisis social de 2019, entre otros.
También en otras entidades públicas como el Parlamento, la Gobernación de La Paz y los ministerios se instalaron altares con flores, frutas y guirnaldas.
En las viviendas particulares se prepararon mesas de acuerdo a las posibilidades económicas de cada familia, muchas de ellas recordando también a los fallecidos durante la pandemia que se registraron en imágenes y se compartieron en redes sociales.
Esta tradición, que está fuertemente arraigada en la zona occidental andina del país, ha ganado terreno durante los últimos años en la región oriental en parte producto de la migración y de la adopción de una costumbre que se entremezcla con las creencias católicas.
En Cochabamba, en el centro del país, algunos gremios de periodistas alistaron una mesa de Todos Santos para dar homenaje a unos 16 periodistas fallecidos a causa de la covid-19.
En la víspera, muchas familias prepararon las figuras de pan como escaleras, que ayudan en el descenso de las almas según la creencia, las "t'antawawas", o niños de pan en aimara, en hornos domésticos o alquilados para recibir a los difuntos también con la música que les solía gustar.
Junto a los panes y bocadillos a base de harina también hay elementos de azúcar estirado, como escaleras, candelabros, canastas, floreros e incluso ángeles.
La despedida de las almas se efectúa la jornada siguiente, en el Día de los fieles Difuntos, cuando varias de las familias realizan ritos espontáneos en los cementerios o en la propia casa desarmando los altares y las mesas para distribuir entre sus miembros aquellos alimentos que pueden consumirse.