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Catedral celebra a La Guadalupana

por Hugo Marín (hugo.marin@lamegamedia.com)


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PITTSBURGH, Pensilvania — El jueves 12 de diciembre de 2019, la Diócesis de Pittsburgh estará realizando una solemne celebración a Nuestra Señora de Guadalupe, en la imponente catedral de St. Paul, localizada en Oakland. 

Las actividades se han programado para comenzar a las 5:30 de la tarde con un período de adoración y confesiones. A las 6:30 p.m. se rezará un rosario, seguido por una misa a partir de las 7 p.m. 

Por siglos, la Virgen María de Guadalupe ha sido celebrada y venerada como Patrona de México y Reina de las Américas. 

Hoy día, su imagen se puede encontrar plasmada en velas, calcomanías, azulejos, murales y hasta tatuajes. 

Tanto hombres como mujeres llevan su nombre, al igual que iglesias, órdenes religiosas, lugares y calles. 

La historia comenzó en diciembre de 1531, cuando la Virgen María de Guadalupe, de tez morena y con facciones indígenas, se le apareció cuatro veces a un campesino llamado Juan Diego. 

En la primera aparición, tras anunciarle que era la Virgen, pidió se le construyera un templo en el lugar donde estaba el cerro Tepeyac, situado al extremo este de la Ciudad de México. De ahí su nombre La Morenita del Tepeyac. 

Este lugar ha sido identificado como el sitio donde una vez estuvo un templo para la diosa azteca, Tonantzin.

Cuenta la historia que Juan Diego fue directamente al obispo de México, para relatar este maravilloso evento. 

El eclesiástico se mostró escéptico y no le creyó al humilde campesino, quien luego regresó al Tepeyac para suplicarle a la Virgen María que encontrara a una persona menos pobre (que él) para hacer su voluntad. Sin embargo, la Virgen le insistió que volviera al obispo y le dijera que fue la propia Madre de Dios, la que le envió.

Juan Diego regresó a la iglesia, después de la misa hizo una segunda petición en nombre de la Virgen. 

Esta vez, el obispo le pidió al hombre que solicitara una señal de esta mujer, en relación a su identidad. Luego, hizo que algunos miembros de su personal siguieran a Juan Diego para verificar a dónde fue y a quién vio.

Al día siguiente, Juan Diego visitó a su tío Juan Bernardino. 

El anciano, gravemente enfermo, le pidió a su sobrino que buscara un sacerdote para que le practicara los santos óleos. 

Camino a buscar un cura, Juan Diego vio a la Virgen una vez más. 

Durante esta tercera aparición, ella le aseguró que su tío estaba "curado". 

Esta visita comenzaría una tradición de milagros de sanación asociados con Nuestra Señora de Guadalupe. 

También aseguró a Juan Diego que le daría una prueba de su verdadera identidad.

El 12 de diciembre de 1531, la Virgen se le apareció a Juan Diego por cuarta vez, le indicó que fuera a la cima del Tepeyac y recogiera flores. 

Así lo hizo, envolviéndolas en su capa tejida con fibras de plantas de maguey. 

Juan Diego entonces se dirigió al obispo con este signo seguro de la identidad de la Virgen María de Guadalupe. 

Cuando desenvolvió su capa, las flores cayeron a los pies del hombre de la iglesia, y de repente, sobre esa capa, apareció un retrato, donde aparece la sagrada imagen de la Virgen María.

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