Roma, 7 abr (EFE).- La libertad que caracterizó a la fotógrafa y activista italiana Tina Modotti a lo largo de su vida y, especialmente durante su paso por México hace cien años, llega al Palacio Ducale de Génova (noroeste) con una exposición que hará revivir la increíble historia de una de las grandes artistas de la vanguardia del siglo XX.
"Tina Modotti. Mujer, México y Libertad", que se inaugura este viernes, reúne un centenar de fotografías y cartas que reconstruyen su obra para mostrar “de forma precisa" el desarrollo de una carrera artística con la que se ganó el reconocimiento de la escena mundial y que comenzó en 1922, cuando llegó a México como ayudante del mítico fotógrafo estadounidense Edward Weston.
Modotti (1896-1942) "era una mujer sincera y libre, muy inteligente, ya que dejó su hogar en Italia con 16 años tras abandonar la escuela y terminó hablando cinco lenguas", explica a Efe Marì Domini, presidenta del Comité Tina Modotti, que ha prestado a la muestra genovesa sus cartas, así como documentación que contextualiza su obra.
El relato de la muestra, abierta hasta el próximo 9 de octubre, comienza con su llegada a México, donde pudo "aprender de Weston todo los aspectos formales de la fotografía", así como la técnica clásica de los retratos que le permitían ganarse la vida, mientras "desarrollaba en autonomía, ya que trabajaba sola" un estilo propio muy influenciado por el activismo revolucionario que se vivía en el país.
"La muestra narra una primera fase en la que Tina se acerca a la fotografía de forma completamente artística y una segunda en la que se va acercando al plano social, ya que la gente con la que se rodeó eran todos muralistas que tenían la concepción de que el arte debía ir al pueblo", detalla a Efe la comisaria Biba Giacchetti.
La influencia de grandes figuras del mundo del arte comprometidas socialmente como Frida Kahlo, Diego de Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco hizo que dejase atrás una fotografía más experimental, que retrataba la naturaleza muerta y los ángulos de la arquitectura, para girar su cámara hacia los más vulnerables con el objetivo de mostrar las condiciones de vida de los mexicanos.
"Modotti es una de las fotógrafas más grandes que han existido. Es una testigo privilegiada y, a la vez, una cronista visual del México de la primera mitad del siglo XX, además de un puente de unión y amistad entre México e Italia", dijo a Efe el embajador mexicano en Roma, Carlos García de Alba, que destacó la "querida amistad" que mantuvo con otro ícono feminista y social como fue Frida Kahlo.
"Tina marca la diferencia entre lo que se había fotografiado y lo que se fotografiará más tarde. Es prácticamente la semilla del reportaje moderno ya que nadie había fotografiado a las personas pobres en su realidad", comenta la comisaria.
En esta nueva fase, su estilo cambiará y los protagonistas de sus fotografías, personas de clase baja, dejarán de destacar por sus historias personales para convertirse "en un emblema universal de una condición social y política ligada a su trabajo".
"Modotti es la primera en entender que la fotografía es un arma universal", subrayó Giacchetti, una idea que la llevó a defender e impulsar la alfabetización de las clases más pobres y a participar como fotoperiodista en varios periódicos comunistas del país.
Sin embargo, su implicación con el activismo y especialmente con el comunismo, llevaron al gobierno mexicano a acusarla de complicidad en un atentado contra el presidente, lo que la obligó en 1930 a huir a Europa, pasando por una Alemania en la que germinaba el nazismo hasta España, donde colaboró con el nombre de María en las brigadas internacionales durante la Guerra Civil.
Modotti nunca pudo regresar a su Italia natal por sus vínculos con el comunismo y murió a los 46 años en México, el país que la llevó a la fama pero que también la vio caer en el olvido hasta que en 1973 su última pareja, el político y militante comunista italiano Vittorio Vidali, decidió reunir todas sus fotografías para organizar sus dos primeras exposiciones, una en Italia y otra en Nueva York.
Al igual que en esas primeras, la muestra de Génova, que reúne las impresiones originales sacadas de los negativos guardados por Vidali, tiene el objetivo de destacar la obra de una de las fotógrafas más importantes del siglo pasado que, según Domini, "fue una artista que se anticipó a los tiempos" y que, durante su corta vida, tuvo como objetivo central lograr la libertad, que fue "el sentido de su vida y de su coherencia".
Andrea Cuesta