PITTSBURGH, Pensilvania — Con la llegada del mes de abril, comienzan a sentirse los primeros aires de primavera.
Tras el largo encierro de un brutal invierno combinado con una mortal pandemia, los amantes del aire libre se encuentran ansiosos de recaudar algunas de sus actividades para la temporada, entre ellas; el ciclismo.
El uso de la bicicleta como medio de transporte se ha convertido en una tendencia popular en la ciudad de Pittsburgh.
De hecho, el gobierno municipal ha invertido dinero para preparar carriles exclusivos, bicicletas comunitarias y estacionamientos designados específicamente para ellas
El ciclismo en general conlleva algunos riesgos, por otro lado, las complejidades de la infraestructura y topografía de Pittsburgh pueden presentar obstáculos.
Para conocer más de cerca la cultura ciclista de Pittsburgh, retos y ventajas, La Mega Nota conversó con Ketan Bakrania, reconocido artista y músico local, quien es también un veterano de esta disciplina.
El músico de profesión lleva corriendo bicicleta en Pittsburgh desde 1995, y actualmente no posee automóvil.
“Llegué a estudiar aquí en 1995, en la Universidad de Pittsburgh. Al par de años necesitaba un trabajo y comencé en una agencia de mensajeros ciclistas que llevaban paquetes de un lugar a otro. Aprendí todas las calles y veredas de la ciudad”, explicó Bakrania.
“Hoy día es mucho más fácil trasladarse de un lugar a otro en bicicleta. Los carriles exclusivos están bien rotulados. Aún existen tramos que no los tienen, lo que resulta un poco peligroso. Algunos conductores de automóvil no son muy amistosos al momento de compartir la carretera y en ocasiones no tienen paciencia con el ciclista. Por esta razón hay que ser muy cauteloso”, advirtió.
“El uso de la bicicleta como medio de transporte para ir y venir del trabajo ahorra tiempo si vive en la ciudad. También se economiza dinero, [ya que] los estacionamientos en el área de Oakland y Downtown son muy caros.Vivo en South Side, parte de mi día lo trabajo en la Universidad Carnegie Mellon en Oakland, y la otra en la Universidad de Point Park en Downtown”.
Mirando al ciclismo y su uso recreacional en el área de Pittsburgh es excepcional.
La ciudad ofrece toda una gama de veredas que llevan a parajes muy pintorescos e inusuales, en ocasiones históricos como el de North Side.
Si uno viaja al oeste, llega a la antigua, abandonada e impresionante penitenciaría de Pittsburgh.
Si se parte desde la vereda que existe al lado del río en el South Side y se viaja al este, ese recorrido llega hasta Washington D.C.
“Hace unos años hice el recorrido y a pesar de ser largo es maravilloso”, recordó Bakrania.
Los parques como Frick y Schenley, tienen veredas que pueden ser peligrosas ya que no están condicionadas para las bicicletas.
Advierte que por tratarse de bosques, las ramas caen y no existe mantenimiento para removerlas.
El experimentado ciclista también recomendó el uso de un casco protector, además de luces y reflectores en su bicicleta.