Tras el cierre de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Inmigrantes (EOIR, por sus siglas en inglés) en Pittsburgh, un nutrido grupo de manifestantes se dieron cita en el South Side el pasado mes de junio para demostrar su indignación y concientizar a la comunidad en general sobre el reclamo de un proceso migratorio justo y asequible.
Estas personas se vieron obligadas a recurrir a la acción directa ante la incertidumbre, falta de información e inacción por parte del gobierno local y estatal en proveer algún tipo de apoyo o asistencia.
Entre los allí presentes, se encontraba Carlos Blanco, un inmigrante mexicano comprometido con la justicia social.
“Las razones del cierre se atribuyeron a la falta de espacio y limitaciones de personal. En realidad, la oficina sólo consistía en una sala con un monitor, donde una persona facilitaba y traducía la audiencia con un juez”, explicó Blanco durante una entrevista con La Mega Nota.
Según él, las razones que motivaron el cierre no están claras.
“La oficina estaba en un edificio federal, por lo que siempre permanecía custodiada por guardias de seguridad. Pero ahora, se ven agentes armados del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). También sé que allí se alberga ahora un centro de detención para inmigrantes. No sé qué correlación haya en esto, pero me hace pensar si existe alguna conexión”, cuestionó.
El cierre es permanente y ahora, la oficina de EOIR más cercana a Pittsburgh queda a 300 millas de distancia, ubicada al extremo este del estado, en la ciudad de Filadelfia.
Según el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, la EOIR continúa ofreciendo el servicio de forma remota a través de videoconferencia, pero para Carlos Blanco, esta opción no es tan accesible como pareciera.
“Muchas personas inmigrantes provienen de zonas rurales y no dominan los servicios computarizados. Otros simplemente no tienen acceso a una fuente de internet. Además, para estas vistas se requiere instalar una aplicación específica. Por otro lado, no estamos recibiendo información o instrucciones de cómo proceder”, explicó.
A quienes cuentan con representación legal, recomienda que contacten a su abogado lo más pronto posible para estar legítimamente asesorado y preparado.
“La comunidad hispana no está debidamente representada en el Senado o el Congreso. Por lo tanto, necesitamos estar unidos, no solo en Pittsburgh sino a nivel nacional. De igual forma, necesitamos representación gubernamental de origen mexicano o guatemalteco, por ejemplo; personas con raíces de otras naciones que comparten nuestros retos en los EE. UU”, subrayó.
Destacó también el gran apoyo que les está brindando Casa San José a la comunidad hispana en esta situación, al igual que en muchas otras, y les definió como “ángeles”.
La oficina del EOIR cerró el 29 de abril de 2022 y este abrupto cese de operaciones ocurrió con tan solo una semana de anticipación, privando del servicio a miles de personas que residen en el suroeste de Pensilvania y West Virginia.
