CINCINNATI, Ohio — Cuando Adriana Prieto y Mónica Andino se encontraron, desde el primer instante, supieron que tenían tanto en común: ambas eran artistas, inmigrantes latinoamericanas, recién llegadas a Ohio e inmersas en un proceso de adaptación cultural lleno de interrogantes y desafíos.
Adriana, de Maracaibo, Venezuela, es docente de literatura.
Mónica, de Tegucigalpa, Honduras, es diseñadora e ilustradora.
Considerando todas esas barreras que aparecen en el camino de inmigrantes y refugiados, Adriana y Mónica pensaron en un proyecto de arte que sirviera como espejo de esos sentimientos compartidos que –sin importar el idioma que hablen o el país de donde vienen– todos se identifican con vacío y nostalgia al pensar que se ha dejado la casa sin ni siquiera saber si algún día será posible regresar.
Fue así como la inspiración de Adriana le motivó a reflexionar sobre sus propias experiencias, reflejadas en miles y escribió “El cielo como refugio”.
La obra es una compilación poética descriptiva de la inmigración como actividad humana que muchas veces “no es bien recibida”, tal como sucede con las familias centroamericanas de las caravanas migrantes.
La ilustración trae los mismos sentimientos reflejados en las vivencias de Mónica, quien delicadamente dibujó cada detalle en papel, cuadros de cerámica y diminutas piedras que evocan escenas del hogar de su madre.
El patio y el jardín se definen por sí mismos como elementos añorados en un paisaje urbano donde predomina el inglés y las expresiones afectivas no son tan fuertes entre vecinos como en aquellos pueblos donde “todo el mundo” extiende la mano.
Las imágenes “literalmente” se salieron del poema para regalar al público una pared con detalles en cursiva, en el pequeño recinto del Welcome Project, un espacio de puertas abiertas para que nuevos inmigrantes se puedan conectar a través del arte.
“Pensamos en la necesidad de sensibilizar a los demás sobre la realidad de la inmigración. Nadie quiere abandonar su hogar y dejar atrás todo lo que tiene; esto muchas veces resulta porque uno se siente vulnerable y porque ya no es posible continuar viviendo en nuestros propios países”, dice la escritora Adriana Prieto.
“Quisimos contar nuestras historias personales pero a la vez también identificarnos con tantos inmigrantes que llegan solo con una maleta. Aunque contamos con el apoyo de otras personas que nos hacen sentir bienvenidos, no todo es color de rosa; muchas veces nos sentimos tristes porque extrañamos nuestros hogares, a la familia”, explica Mónica Andino, al referirse al significado de sus dibujos que ilustran el proyecto literario bilingüe “Any Heaven as a Shelter/Cualquier cielo como refugio”.