Managua, 9 mar (EFE).- La directora para América Latina y el Caribe de Unicef, la hondureña Jean Gough, constató la asistencia humanitaria que ese organismo ha brindado a las comunidades nicaragüenses afectadas por los huracanes Eta e Iota, que azotaron en noviembre pasado el Caribe de Nicaragua y otros países de Centroamérica.
Gough visitó las comunidades indígenas de Kiwastara y Andrés, en el municipio de Waspam, en el Caribe Norte de Nicaragua, afectadas por severas inundaciones y daños en su infraestructura durante el paso de los huracanes Eta e Iota, indicó ese organismo en una declaración.
La directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) se reunió con la alcaldesa del municipio de Waspam, Rose Cunnigham, y conversó con niños y niñas de la comunidad indígena Andrés.
Andrés es una comunidad indígena miskita ubicada a 70 kilómetros de la cabecera municipal de Waspam y allí Gough comprobó "el impacto de la asistencia humanitaria por los huracanes Eta e Iota de Unicef y su socio Acción Médica Cristiana", de acuerdo con la información.
Durante su visita a esa comunidad, la directora regional de Unicef entregó al menos 325 mochilas con útiles escolares a niñas, niños y adolescentes estudiantes de primaria "para facilitar su retorno a clases".
"Unicef y su socio Acción Médica Cristiana trabajan en la reconstrucción de captación de tanques de recolección de agua de lluvia, acceso al agua segura y estaciones de lavado de manos, acciones claves para la reducción de enfermedades", indicó el organismo.
Unicef ha brindado apoyo con saneamiento e higiene, limpieza de pozos, reconstrucción de letrinas, kit de higiene personal y filtros para agua segura para cada familia, como parte de la respuesta humanitaria gracias al apoyo de Estados Unidos, Japón, la Unión Europea, y del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF) de la ONU.
Gough realiza desde el viernes pasado una gira de seis días por Nicaragua, en donde visita las comunidades más devastadas por los poderosos huracanes Iota y Eta, que en noviembre pasado afectaron principalmente al Caribe nicaragüense.
Según Unicef, cuatro meses después de que los catastróficos huracanes Eta e Iota azotaran Nicaragua, "la situación sigue siendo muy preocupante para 1,8 millones de personas, incluidos 720.000 niños con necesidad de ayuda humanitaria, especialmente entre las comunidades indígenas de la Costa Caribe Norte, que fueron las más afectadas".
La Región Autónoma del Caribe Norte, la más pobre y aislada, y de unos 500.000 habitantes, en su mayoría indígenas, fue la zona más golpeada por el paso del huracán Eta el 3 de noviembre pasado, y del Iota el 16 del mismo mes, ambos en categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de un máximo de 5.
El Gobierno de Nicaragua ha estimado en 742 millones de dólares las pérdidas causadas por los huracanes, que además dejaron 21 muertos, sin incluir al menos siete víctimas, tres de ellas durante el paso de Eta, que no fueron reconocidas por las autoridades.