EE.UU. remontó en 100 días las cifras de vacunación contra el covid-19 y entró al grupo de líderes mundiales, con alrededor de 127 millones de dosis administradas, aunque todavía no ha logrado descender del primer lugar de las estadísticas de contagios y fallecidos a causa de la pandemia.
El pasado 14 de diciembre, Sandra Lindsay, la enfermera jefa del servicio de cuidados intensivos del hospital Jewish Medical Center, fue la primera estadounidense en ser vacunada, justo el mismo día en el que su país superaba las 300.000 muertes como consecuencia del virus.
La campaña arrancó, sin embargo, a un ritmo poco prometedor que tras la llegada del presidente Joe Biden al poder, el pasado 20 de enero, empezó a repuntar.
Pero, ¿qué puede explicar el despegue en las cifras?
Expertos atribuyen la mejoría a una estrategia que ha aprovechado el conocimiento adquirido por las organizaciones sociales para la atención de salud de sus comunidades, la movilización de recursos y a un mensaje coherente desde la Casa Blanca.
Otros, sin embargo, cuestionan el manejo de la crisis sanitaria e incluso alertan sobre un retroceso reciente en el número de pruebas para diagnosticar la enfermedad, que ven como una consecuencia del posible desvío de esos recursos hacia la inmunización.
¿CUÁLES SON LAS CIFRAS?
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), alrededor de 127 millones de dosis habían sido administradas hasta este lunes en el país.
De ese total, 82,8 millones de personas --un 24,9% de la población-- ha recibido una sola dosis y 44,9 millones (13,5 %) ambas.
La plataforma Our World in Data sitúa a Estados Unidos en el cuarto lugar en las estadísticas mundiales de dosis administradas por cada 100 personas, con 37,22 hasta el pasado domingo.
Este grupo lo lidera Israel con 112,52 dosis administradas por cada 100 personas, seguido por Emiratos Árabes Unidos (73,80) y Chile, con 44,31 vacunadas por cada 100 habitantes.
El avance en la vacunación ha coincidido además con una desaceleración en los contagios y fallecidos, que alcanzaron récords a comienzos de diciembre pasado.
UNA ESTRATEGIA PARA UN SISTEMA CON DEFICIENCIAS
Para Carlos Rodríguez-Díaz, profesor asociado del departamento de salud comunitaria y prevención de enfermedades de la George Washington University, la pandemia mostró que en las comunidades no blancas había unas "grandes disparidades" en términos de cómo el virus estaba afectando a las personas afroamericanas e hispanas.
"No hay nada que inherentemente haga a las personas latinas o a las personas negras estar a mayor riesgo del covid", apuntó el experto, quien atribuyó la situación a "factores psicosociales", como el empleo, el lugar de vivienda y el acceso a los sistemas de salud, este último especialmente crítico ya que puede suponer la diferencia entre quienes reciben un diagnóstico a tiempo y los que no.
Rodríguez apuntó que antes de que en el país se detectaran los primeros casos de la covid, ya había "grandes desigualdades en salud", así como una Administración "altamente desvinculada de la realidad comunitaria, racista" y sin interés de tener una estrategia nacional para atender "ningún problema de salud".
Consultado sobre la vacunación, destacó que desde el nuevo Gobierno se hayan tomado acciones “consistentes con el conocimiento científico" -como el uso de mascarilla o el distanciamiento físico- y diseñara un plan articulado que vinculó diferentes flancos.
LO FEDERAL VS LO ESTATAL Y LOCAL
Graham Allison, profesor de la Universidad de Harvard, reflexionó sobre la pandemia en un artículo publicado en la revista The National Interest, que tituló "¿Cuántas muertes por coronavirus en EE.UU. fueron innecesarias?".
"Las diferencias en el número de muertes entre los estados con mejor y peor desempeño son casi sorprendentes", afirmó Allison, al detallar que "si el gobernador, el departamento de salud y los proveedores de atención médica de Nueva York hubieran actuado con tanta eficacia como lo hicieron sus contrapartes en Hawái o Vermont, 42.000 de sus antiguos residentes estarían vivos hoy".
Y comparó igualmente las experiencias de Taiwán y Singapur –que sufrieron 10 y 29 muertes, respectivamente por la covid- con los más de 16.000 decesos en Massachusetts y los 42,7 millones en el estado de Nueva York.
CEDE EL TEMOR
La inmunización enfrenta además el temor que han despertado las vacunas, aunque el porcentaje de reticentes ha cedido, reveló el pasado 5 de marzo una encuesta del Pew Research Center, según la cual el 69 % de los estadounidenses tiene la intención de vacunarse o ya lo ha hecho, frente al 60 % de noviembre pasado.
Una de las ya vacunadas es Mercedes Noriega, asistente médico en Chicago, quien relató a Efe que recibió su primera dosis el 29 de diciembre pasado.
“No tuve ningún efecto secundario", señaló esta madre de dos jóvenes, quien en mayo de 2020 se contagió de la covid-19, que también afectó a su esposo. Sus hijos fueron asintomáticos.
Al temor, Noriega añadió la tecnología como una barrera para las comunidades latinas y afroamericanas -en especial de la tercera edad-, ya que en el caso de su ciudad el registro para la vacunación debe hacerse en internet, lo que, a su juicio, puede complicar su acceso de estas personas al plan oficial.
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