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El cura salvadoreño Urrutia dice que los mártires son "la esencia" de la iglesia

por EFE (editor@lamegamedia.com)


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San Salvador, 22 ene (EFE).- Los mártires, como el padre Rutilio Grande, San Óscar Arnulfo Romero y otros religiosos, son la esencia de la vida de la Iglesia católica, según dijo en una entrevista con Efe monseñor Rafael Urrutia, uno de los impulsores de la causa de beatificación del padre salvadoreño Grande, que será elevado a los altares este sábado.

"Los mártires son la esencia de la vida de la Iglesia, los mártires son la cereza de la vida de la Iglesia, el control de calidad de la fe en la Iglesia", manifestó el también canciller del Arzobispado de San Salvador.

Para Urrutia, "el martirio, desde luego, es una vocación muy particular, es una vocación especial a la que Dios llama específicamente a personas concretas para que, dando su vida por la fe en su hijo Jesucristo, por la fe vivida o por la fe creída, den testimonio con su sangre derramada de su fe".

Señaló que "esa vocación especial a la que Dios llama se siente en Romero, en Rutilio Grande, en Cosme Spessotto (cura italiano que también será beatificado), se siente (en ellos) el amor a Jesucristo, el amor a la Iglesia, el amor a los pobres y a la Iglesia".

El canciller apuntó que "el martirio se hace presente en la Iglesia de América Latina de un modo muy particular en relación al amor a los pobres, al servicio a los pobres y al Evangelio de Jesucristo".

"Nos muestra cómo la Iglesia se da cuenta, toma conciencia de que mártires no solo son aquellos de los primeros siglos de la Iglesia, sino que los mártires siempre han existido en la Iglesia y en siglo XX hubo más mártires que en los primeros siglos de la Iglesia y ahora sigue habiendo muchos más", expresó.

LA IGLESIA, AL LADO DE LOS POBRES

Con la beatificación de Rutilio Grande "la Iglesia toma conciencia hoy del amor a los pobres", dijo monseñor.

"La opción por los pobres en nombre de Jesucristo la ha hecho ser una Iglesia martirial con una espiritualidad martirial, una disposición a dar la vida por Jesús y por los pobres (...) nadie ama tanto como aquel que da la vida por sus amigos", enfatizó.

Grande, conocido como el padre Tilo, es recordado por defender a los pobres, fuertemente golpeados por la guerra civil salvadoreña que duró 12 años y que dejó unos 75.000 muertos y entre 8.000 y 10.000 desaparecidos.

ROMERO ABRIÓ PUERTAS AL MARTIRIO

Urrutia señaló que el proceso para beatificar a Óscar Romero -ahora un santo tras ser canonizado en 2018- "ha abierto puertas al martirio ante el Vaticano y ante el mundo".

Apuntó que "los mártires nuestros han sido hecho por católicos, son católicos los que los han asesinado y es una experiencia nueva en la Iglesia".

Explicó que el proceso para beatificar al padre Grande comenzó en 2015 y "casi seis años después vemos el resultado, un tiempo récord".

El papa Francisco aprobó en 2020 el decreto que reconoce el "martirio" de Grande para ser proclamado beato, y en el que se estableció que el sacerdote fue asesinado por "odio a la fe".

En agosto de 2021 se conoció la fecha establecida por el Vaticano para la beatificación de Grande, Spessotto y los laicos Nelson Lemus y Manuel Solórzano.

"El papa Francisco nos metió prisa (...) no nos han regalado nada, nos han hecho trabajar más a prisa porque ellos (los asignados a la causa) trabajaron más a prisa en Roma y entonces hemos llegado al final con la beatificación", mencionó.

Indicó que "el papa Francisco decía que sin Rutilio no habría existido Romero" y que "la muerte de Rutilio, el testimonio de Rutilio mueve a Romero de alguna manera a tomar conciencia del servicio en una dimensión distinta, ya no tanto humanitaria y hospitalaria, sino de amar a los pobres por ser pobres, amar la pobreza en sí misma, porque son hombres que murieron siendo pobres".

"La muerte de Rutilio fue una llamada a vivir la vida sacerdotal de un modo distinto en monseñor Romero (..) con él (Romero) aprendió a vivir la relación con los pobres de una manera diferente. Monseñor siempre quiso a los pobres, pero la muerte de Rutilio fue una llamada a colocarse frente a Dios esperando que Dios le indicara el camino a seguir", reflexionó.

MUERTES EN TORNO A LA EUCARISTÍA

Monseñor Urrutia recalcó que los tres mártires - Romero, Rutilio y Spessotto - murieron en torno a la eucaristía, porque "Romero fue asesinado mientras celebraba la misa, Rutilio fue asesinado mientras iba a celebrar la misa y Cosme fue asesinado de rodillas ante el sagrario preparándose para celebrar la misa".

El padre Grande se dirigía a El Paisnal (norte), su lugar de nacimiento y donde vivía, a celebrar un acto religioso y era acompañado por Lemus y Solórzano.

"Casi a la mitad del camino, lo estaban esperando unos hombres fuertemente armados y apostados a ambos lados del camino. Cuando el vehículo en que se conducían llegó a la altura del cantón Los Mangos los asesinos abrieron fuego contra el vehículo causándoles la muertes", describe un libro biográfico de los cuatro mártires que ha sido distribuido por el Arzobispado de San Salvador.

Mientras, Spessotto fue asesinado mientras se encontraba arrodillado en un banco de una iglesia y dos personas, usando pelucas que ocultaban su identidad, entraron y le dispararon con una ametralladora.

Sara Acosta



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