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El peligro de la desinformación y teorías de conspiración

por Hugo Marín (hugo.marin@lamegamedia.com)


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Las teorías de conspiración podrían definirse como versiones alternas a la narrativa oficial de algún evento o suceso. Algunas parecen ser tan inofensivas como la que apunta al alunizaje estadounidense como una farsa y que las imágenes de Neil Armstrong caminando en la luna fueron grabadas en un estudio de cine. 

No obstante, algunas de estas han demostrado tener el potencial de poder confundir a la población y ser absorbidas por personas influyentes al igual que difundidas en principales medios de comunicación. 

Hace unas semanas, corría por las redes sociales una entrevista del controvertible comentarista radial, Alex Jones con la representante cameral de Estados Unidos, Marjory Taylor Greene, quien es una popular figura dentro de los círculos republicanos de derecha extrema. 

Durante la sesión, el anfitrión del programa pedía a la representante, que desenmascara lo que denominaban una “mafia política” en Washington DC, de la que Greene señalaba –asegurando contar con evidencia sólida– a Nancy Pelosi y a Mitch McConnell como espías infiltrados pagados por gobierno de China para desestabilizar a Estados Unidos. 

En realidad, tal evidencia es inexistente y nada apunta a que dichas acusaciones puedan remotamente tener algún fundamento coherente. Sin embargo, Alex Jones tiene millones de seguidores, pero muchas plataformas digitales le han censurado su canal, debido a los vínculos que sostiene con el movimiento QAnon, del cual Greene también era creyente. 

QAnon no es un grupo organizado, es más bien un movimiento, dentro del cual se han creado varias organizaciones. Muchas de estas fueron partícipes activos durante el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021. 

El concepto de QAnon se basa en una amalgama de teorías de conspiración que implican a personas importantes del gobierno, y de la farándula como parte de un grupo de ocultismo, quienes cometen horribles actos rituales incluyendo sacrificios humanos, para continuar controlando al país. Los seguidores de este movimiento afirman que quien único puede detener esta “atrocidad” es el expresidente Donald Trump.

Temiendo que el actual presidente Joe Biden, implemente un sistema socialista, seguidores de QAnon, se dieron cita aquel fatídico 6 de enero para evitar que fuera oficializado. 

Uno de estos fue Jacob Chansley, apodado como el “shaman” durante el ataque, por vestir una piel de animal y pintarse la cara.

Estas “historias” se encuentran fácilmente en plataformas como YouTube y son compartidas en Facebook y TikTok, por lo que todos estamos expuestos a ellas. 

De igual forma, existe un patrón de desinformación en medios de comunicación más convencionales, por lo que es imprescindible el ser muy cuidadoso al momento de tomar información como fidedigna. 

El comentarista de la cadena Fox News, Tucker Carslon, ha sido señalado en repetidas ocasiones por difundir información no corroborada y de naturaleza dudosa.

Es aún más preocupante, que políticos inescrupulosos, durante sus campañas electorales están adoptando ciertos elementos de estas teorías de conspiración, en búsqueda de aceptación y votos. Abiertamente acusan a la carismática representante hispana, Alexandra Ocasio Cortez (AOC, por su abreviatura) de ser una comunista con una agenda secreta.  

Vulnerables a encontrar información falsa, al toparnos con alguna noticia que nos parezca cuestionable, lo mejor es buscar en plataformas confiables de periodistas responsables para corroborar. 



 
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