París, 2 mar (EFE).- La firma parisina Balmain ofreció este miércoles un paréntesis de ficción y fantasía en su desfile otoño-invierno 2022/2023, donde combinó cuero y encaje con el estilo motero y se adentró en un uniforme de heroína de ciencia ficción, mientras sonaba Rosalía.
Una frase del libro más vendido de la lengua francesa, "El Principito", decoraba la pasarela: "Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás". Y en las redes sociales de la marca, un modelo describía el ambiente de la colección: "Como jóvenes, necesitamos escapar de la realidad a veces".
Mezclando estos ingredientes, quedó una propuesta de tendencias digna de Olivier Rousteing, el joven diseñador francés que ha construido un imperio de celebridades y lujo a partir de una marca tan venida a menos como era la de Pierre Balmain.
El Rousteing de Balmain está a la altura de la pasarela de Louis Vuitton o Dior, como demostró también la jauría de jóvenes que se aglomeraban a las puertas del desfile en París, cuyos gritos, vitoreando a las estrellas e invitados que iban llegando al desfile, se oían a cientos de metros.
Entre los asistentes, la modelo Adriana Lima, las actrices Madelaine Petsch, Camille Razat y Ella Balinska, el actor Charles Melton, pero también cantantes, deportistas como la tenista Serena Williams o diseñadores como Jean-Paul Gaultier, que siguieron el desfile en primera persona.
Al ritmo de la música de la cantante española Rosalía, Rousteing reivindicó en pasarela las minifaldas ajustadas, que vuelven con fuerza en las próximas temporadas, las chaquetas masculinas, de corte ancho y rígidas, y las botas moteras.
Además de estas piezas, estrellas de la colección, destacaron los monos de motero, en negro y dibujando la silueta con bordados blancos y verdes; las mallas de ciclista y los vestidos con arnés y chalecos rígidos a modo de corsé.
El blanco reinó en la pasarela, con prendas de piel, mucho encaje y punto, y solo le quitó protagonismo el negro, en chaquetas de hombros anchos, vestidos ajustado como una segunda piel y vaqueros envejecidos.
Las armaduras están de moda según Balmain, que las introdujo no solo en los vestidos, como corsés, también sobre jerséis y estilismos de noche, para mujer y hombre. Una propuesta que se vio también en Dior, este martes, en su caso como accesorio para mantener la temperatura corporal.
Rousteing, de 36 años y desde 2009 al frente de Balmain, también se sumó este miércoles a la causa ucraniana, una semana después de la invasión militar rusa, y anunció hoy en su cuenta de Instagram que ha hecho una donación a la Agencia de la ONU para los refugiados para ayudar a los ucranianos que han debido abandonar su país.
Fue una iniciativa personal, no vinculada a la marca, pero Rousteing declaró en su publicación ser "consciente" de que estos días ocurren cosas más importantes que la moda en el mundo.
"Es difícil sentirse bien tratando de concentrarse en pasarelas y ropa mientras escuchamos con el corazón abatido las últimas noticias", escribió Rousteing.
Otras marcas como Balenciaga, Nanushka, Situationist o el conglomerado de lujo Kering han anunciado también haber donado para ayudar a las primeras víctimas de esta guerra.