Una enfermera de Pensilvania se ha declarado culpable de aplicar intencionalmente una sobredosis de insulina a más de una docena de pacientes, lo que resultó en su fallecimiento. Heather Pressdee, ex trabajadora de una residencia de ancianos, enfrentará una sentencia obligatoria de cadena perpetua en prisión tras aceptar el acuerdo de culpabilidad.
Familiares de las víctimas se reunieron frente al tribunal del condado de Butler mientras esperaban para enfrentar a Pressdee. La acusación sostiene que la enfermera administró insulina en exceso a 17 pacientes, algunos de los cuales eran diabéticos y otros no, en cinco instalaciones diferentes donde trabajó.
Los presuntos delitos ocurrieron durante los turnos nocturnos, cuando había poco personal y emergencias que no requerían hospitalización, según alega el fiscal general. Este caso ha generado una profunda consternación y plantea interrogantes sobre la seguridad y el cuidado de los pacientes en residencias de ancianos.