La comunidad de Palestina Oriental, Ohio, continúa enfrentando las secuelas del descarrilamiento de un tren de Norfolk Southern el año pasado. Durante una audiencia reciente, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) discutió la investigación en curso y emitió recomendaciones para evitar futuros desastres. Miembros de la comunidad expresaron sus esperanzas y críticas, subrayando la necesidad de cambios significativos en la seguridad ferroviaria.
Residentes como Robert Unger y Lisa Mahoney señalaron la importancia de regulaciones más estrictas y transparencia por parte de Norfolk Southern. Bennett Bruno criticó a la compañía por intentar reabrir las vías rápidamente sin considerar la seguridad. La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, destacó el impacto significativo del descarrilamiento, enfatizando que la ausencia de muertes no implica seguridad. Michael Graham de la NTSB aseguró que continuarán defendiendo la implementación de las recomendaciones de seguridad.
El descarrilamiento de 38 vagones, incluidos 11 con materiales peligrosos, llevó a una evacuación debido al riesgo de explosión. La NTSB identificó un cojinete sobrecalentado no detectado a tiempo como la causa del accidente. Los investigadores también señalaron errores en la decisión de liberar y quemar cloruro de vinilo, una acción que resultó en la liberación de sustancias tóxicas. La falta de información inmediata sobre la carga del tren complicó la respuesta de los socorristas. En respuesta, se ha implementado una nueva regla que exige que los ferrocarriles informen rápidamente sobre el contenido de los trenes en caso de descarrilamiento.