(CLEVELAND, Ohio) - The Columbus Dispatch publicó el pasado mes de julio un impactante artículo en el que se denuncia un patrón de prejuicio y discrimen racial contra en el Tribunal de Inmigración de Cleveland.
El racismo sistemático e institucional en los Estados Unidos no es algo nuevo para la comunidad hispana, tampoco lo es la forma atropellada en que las autoridades judiciales tratan a la persona inmigrante. No obstante, el artículo se enfatiza en las intersecciones relacionadas a personas negras, predominantemente de religión islámica, provenientes de Mauritania, al noroeste de África.
En la pieza, Lynn Tramonte, directora del Ohio Immigrant Alliance expresó: “Si alguna vez ha observado los comentarios y acciones de los jueces en la corte de inmigración, está claro que estos provienen de una perspectiva occidental, cristiana y de privilegio blanco”. Y anadió: “Hombres negros musulmanes que fueron torturados y vieron a miembros de su familia ser asesinados, simplemente no van a sucumbir en llanto en corte abierta. Pero todavía están experimentando dolor, más dolor del que la mayoría de nosotros conoceremos, y la forma en que los jueces los tratan es pésima”.
Tramonte también hizo alusión a que aún cuando estas personas exigen en corte el derecho a mostrar sus cicatrices para probar sus experiencias, la petición es denegada. “La humillación, la degradación, las acusaciones de fraude y engaño por parte de los jueces contra inmigrantes negros diariamente denotan racismo. Más gente necesita saberlo”.
La publicación cita además a un caballero que reside en la ciudad de Columbus, quien es sobreviviente de tortura y tiene un caso pendiente en el Tribunal de Inmigración de Cleveland: “Vivo en la incertidumbre…una vida en la que no estoy seguro si me concederán asilo o me deportarán. Si vuelvo [a Mauritania], me volverá a suceder lo mismo. Mis compañeros de cuarto pasaron por este [tribunal de inmigración]. Tengo miedo”.
De acuerdo con datos del Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC), para el año 2021 el tribunal de Cleveland negó más casos (88%) que el promedio nacional de 63%. Según reportó el Dispatch, entre 2002–2022, fueron 713 mauritanos los que comparecieron ante esta corte para luchar contra la deportación y 443 personas fueron denegadas.
Un comunicado de prensa publicado por la Ohio Immigrant Alliance en referencia al artículo del antes mencionado rotativo, detalla que los jueces tienen la facultad de negar asilo si entienden que el testimonio del solicitante no es creíble. Por lo tanto, se cuestiona el origen de cicatrices y las historias de torturas.
Por otro lado, los fiscales a menudo presentan una narrativa de fraude que generalmente es aceptada por los jueces.
Esta no es la primera vez que la corte de inmigración de Cleveland es señalada por irregularidades.
En un artículo anterior de la periodista Yilun Cheng, el abogado Emmanuel Olawale habló de cómo un juez llamado Jonathan Owens cuestionó las circunstancias de una de sus clientas víctima de agresión sexual.
Según la mujer, ella fue violada por ser parte de un grupo minoritario en Camerún, pero para el juez Owens la razón pudo ser que la agresión se debió a que era “bonita y virgen”. El asilo se le denegó.
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FOTO: (CC/John Spooner)
