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Hockey en hielo, vorágine de adrenalina

por Hernán Gálvez (hernan.galvez@lamegamedia.com)


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El hockey sobre hielo viene creciendo en Ohio, con ligas profesionales bastante competitivas. 

Para jugarlo, hay que tener corazón caliente. 

Así como el fútbol americano, el hockey necesita cierto grado de rudeza, a veces contagiada al mismísimo público.

No es extraño ver a los jugadores enfrascarse en líos verbales con los asistentes, al punto que debe intervenir el árbitro. 

Esta rudeza, sin embargo, es “legal”. 

El contacto físico para despojar al rival del “puck” –el famoso disco de caucho que se pasea por toda la alfombra blanca– está permitido. 

También tiene estrategia. 

Sus dos pórticos se asemejan a los usados en el latinísimo “soccer”, con guardavallas. 

Los ritmos de ataque y defensa, prácticamente no tienen descanso físico ni mental, ya que, a diferencia del fútbol, no existen los límites de área: el juego continúa incluso detrás de las porterías. 

La sustitución de jugadores es ilimitada y no necesita detenerse el juego para efectuarlas. 

Como si fuera poco, sólo se permiten dos descansos de cinco minutos cada uno, dentro de tres tiempos con 20 minutos de duración. 

Y sólo se considera tiempo jugado cuando el “puck” está en movimiento. Toda una vorágine de adrenalina.

No faltan las peleas entre jugadores. Sin embargo, eso sólo ocurre a nivel estadounidense. 

La Federación Internacional las prohíbe, mientras que la Liga Nacional de Hockey (NHL) las permite siempre y cuando sea entre dos jugadores y se hayan quitado las protecciones para que la disputa sea “limpia”. Esta acaba cuando un jugador derrumba al otro o los dos caen.

En Columbus, los Blue Jackets tienen una historia joven y promisoria. 

Fundado en el 2000, el equipo alcanzó su pináculo en 2014 cuando llegaron a la segunda fase de los “playoffs”, venciendo al Dallas Stars. 

Perdieron finalmente contra los Pingüinos de Pittsburgh, pero el nombre de las chaquetas azules quedó ya como parte de la historia de la NHL. 

En Cincinnati, el hockey sobre hielo está más que bien representado. 

Su equipo estrella es el Cincinnati Cyclones, con casi 30 años de trayectoria. 

Ellos son un equipo profesional de nivel medio –miembros de la ECHL, Liga de Hockey de la Costa Este, un nivel menor a la NHL– afiliados de los Buffalo Sabres, perteneciente a la NHL. 

Greg Stewart, su jugador principal en la temporada 2006-2007, hizo historia al ser el primer ciclón en llegar a la NHL con el Montreal, en el 2008. 

También, anecdóticamente y siguiendo esa tradición de rudeza, quedó en los anales de la liga cuando suspendieron a su entrenador Don Jackson, en 1995, por golpear a nada menos que la mascota del Atlanta, equipo rival.  

Ya lo saben: el frío no es impedimento para el deporte. Cincinnati y Columbus, lo confirman.

Dese una vuelta y aprecie el espectáculo del hockey sobre hielo, la temporada ya empezó.

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