La Casa Blanca cedió este viernes a un aluvión de críticas de los demócratas y anunció que el presidente estadounidense, Joe Biden, elevará antes de mediados de mayo la cuota anual de refugiados que recibe Estados Unidos, que por ahora es de 15.000.
El anuncio llega horas después de que el Gobierno de Biden ordenara mantener la cuota anual para este año fiscal en 15.000, el mismo nivel históricamente bajo que marcó su predecesor, Donald Trump.
Eso implicaba dar marcha atrás a la promesa de su Ejecutivo de elevar hasta 62.500 los refugiados admitidos este año fiscal, que termina en septiembre, y le mereció al presidente demócrata múltiples críticas de su propio partido y de varias organizaciones no gubernamentales.
"El presidente tiene previsto marcar antes del 15 de mayo una cuota definitiva de refugiados que será superior (a los 15.000) para lo que queda de año fiscal", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.
De los 15.000 que se admitirán por ahora, un máximo de 3.000 podrán provenir de Latinoamérica y el Caribe, según la orden de Biden, que menciona específicamente a los procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador, y Cuba.
El decreto emitido este viernes por Biden enmienda la orden de Trump sobre la cuota de refugiados, pero no cambia su tope de 15.000, el más bajo desde que entró en vigor en 1980 la ley que regula este amparo.
"La admisión de hasta 15.000 refugiados sigue estando justificada por preocupaciones humanitarias y está en el interés nacional", indicó Biden en su orden.
Según fuentes oficiales citadas por varios medios, la decisión de Biden se debía en parte a su voluntad de demostrar que puede tener mano dura en materia migratoria, en un momento en el que las llegadas de indocumentados a la frontera con México están alcanzando récords.
Sin embargo, el proceso de admisión de refugiados es diferente al de la solicitud de asilo de los indocumentados en la frontera, y la explicación oficial de la Casa Blanca aludió a otros motivos, entre ellos los desafíos que presenta "la pandemia de la covid-19".
Un alto cargo estadounidense, que pidió el anonimato, dijo a Efe que a la Casa Blanca le queda mucho trabajo pendiente para "reconstruir el programa de reasentamiento" de refugiados, que el Gobierno de Trump dejó "diezmado".
Añadió que la reforma que ha emprendido el Gobierno de Biden de ese programa le permitirá "apoyar números mucho mayores de admisión (de refugiados) en años futuros".
El anuncio original de la Casa Blanca generó muchas críticas de organizaciones como Families Belong Together o la Unión para las Libertades Civiles en Estados Unidos (ACLU, en inglés), además de algunos legisladores, como el senador progresista Bob Menéndez o las congresistas demócratas Alexandria Ocasio-Cortez e Ilhan Omar.
El funcionario consultado por Efe argumentó que la orden de Biden permitirá "expandir el acceso" al programa de refugiados de EE.UU., aunque no amplíe de momento la cuota, porque "cambia la distribución por regiones" de los beneficiados.
Según la fuente, la medida de Trump "excluía a muchos refugiados de regiones que están experimentando conflictos, como África y Oriente Medio".
Con la enmienda de Biden, Estados Unidos recibirá hasta octubre a 7.000 refugiados procedentes de África; 1.500 de Oriente Próximo y el sur de Asia; 1.000 del este de Asia; 1.500 de Europa y el centro de Asia; y 3.000 de Latinoamérica y el Caribe, además de otros 1.000 reservados para cualquier región.
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