Madrid, 3 nov (EFE).- La renovación digital del Diccionario de la lengua española, el nuevo impulso del Diccionario histórico de la lengua, los avances en el proyecto Lengua Española e Inteligencia Artificial (LEIA) o la digitalización de su biblioteca son algunos de los proyectos que afrontará la Real Academia Española en 2022.
Así lo ha indicado este miércoles el director de la Real Academia Española (RAE), Santiago Muñoz Machado, en el Palacio Real de El Pardo en el patronato de la Fundación pro Real Academia Española que se ha reunido bajo la presidencia del rey y con la asistencia del presidente de la fundación y gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.
En la reunión se ha hecho balance de 2021 y se han presentado los proyectos para el año próximo y el patronato ha contado con el respaldo de todos sus miembros, entre los que se encuentran presidentes autonómicos, directivos de las principales empresas del país y personalidades del mundo académico, ha explicado la RAE.
El vicepresidente de la fundación y director de la RAE ha explicado a los patronos las principales líneas estratégicas de la Academia previstas para 2022, entre las que destaca el trabajo del Diccionario histórico de la lengua española (DHLE), cuyo objetivo es llevar a cabo la biografía de cada una de las palabras en español a lo largo de los siglos.
En lo que va de 2021, este diccionario ha sumado más de 1.400 artículos, que contienen 2.308 acepciones, 351 subacepciones y más de 4.000 ejemplos, con lo que esta obra de consulta en línea dispone, actualmente, de 7.015 artículos.
La creación de REDACTA (Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del DHLE) ha supuesto el impulso definitivo al proyecto, ha explicado el director, que ha detallado que está formada en la actualidad por diecinueve equipos de expertos en historia del léxico, nueve españoles y diez americanos, y por una unidad de investigación especializada, que suman veinte grupos de redacción y un centenar de investigadores, coordinados por el equipo de la RAE.
Está previsto que REDACTA alcance la treintena de equipos y unidades especializadas de investigación al final de 2021, de manera que en 2022 pueda realizarse una convocatoria general en todo el mundo hispanohablante que incremente exponencialmente la red (que podría llegar a multiplicar por diez el número de grupos de redacción, hasta alcanzar los 300) y haga viable el objetivo de culminar una versión del Diccionario histórico en el plazo de cinco años.
Respecto al Diccionario de la lengua española (DLE), Muñoz Machado ha explicado que se sigue avanzando en la preparación de su edición 24, tanto en el desarrollo de la nueva base de datos léxica (BDL) como en el editor que sirve de herramienta de redacción.
El 16 de noviembre se celebrará, por primera vez en formato virtual, una reunión de la Comisión Interacadémica del DLE, formada por los académicos coordinadores de las diferentes áreas lingüísticas en las que se agrupan las veintitrés academias de la lengua española en el mundo, bajo el paraguas de la ASALE.
Además, la RAE continúa trabajando en el desarrollo de la edición electrónica del Diccionario panhispánico del español jurídico (DPEJ), con el propósito de crear una plataforma jurídica digital, a través de la vinculación de las voces contenidas en la edición en línea de la obra con las bases de datos de legislación y jurisprudencia de los países iberoamericanos.
El objetivo es facilitar tanto a los operadores jurídicos como a la ciudadanía en general el acceso al corpus legal y doctrinal de las naciones. En el caso de los países que carecen de repositorios estructurados de las normas y sentencias, el proyecto contempla su construcción como una acción específica.
La plataforma jurídica iberoamericana se concibe así como un proyecto digital de cooperación internacional y un servicio a la comunidad hispanohablante, según ha explicado el director de la RAE.
Uno de los grandes proyectos de 2022 es la digitalización de la biblioteca de la RAE, incluyendo manuscritos del fondo general, incunables, e impresos antiguos (de entre 1501 y 1830), con el objeto de difundir los fondos para que el público interesado pueda visualizarlos a través de iInternet, actuar como complemento del servicio que ofrece la Biblioteca a los investigadores y preservar los fondos.