San Salvador, 22 ene (EFE).- Los curas Rutilio Grande (salvadoreño), Cosme Spessotto (italiano) y los laicos Nelson Lemus y Manuel Solórzano se convirtieron este sábado en los nuevos mártires de la iglesia Católica de El Salvador tras ser elevados a los altares pasados más de 40 años de sus asesinatos en el contexto de la guerra civil (1980-1992).
"Con nuestra autoridad apostólica concedemos que los venerables siervos de Dios Rutilio Grande, Manuel Solórzona y Nelson Lemus, así como Cosme Spessotto, mártires, heroicos testigos del reino de Dios y el reino de justicia (...) de ahora en adelante sean llamados beatos", proclamó el padre Rodolfo Cardenal al leer la carta apostólica envida por el papa Francisco.
La carta también establece que los mártires -considerados ahora así por la iglesia Católica- "sean celebrados cada año en los lugares y según las reglas establecidas por el derecho, respectivamente el 12 de marzo y el 10 de junio".
El Salvador tuvo a su primer beato en el 2015 cuando monseñor Óscar Arnulfo Romero -posteriormente canonizado en 2018-, asesinado por un francotirador de los escuadrones de la muerte de la extrema derecha en 1980 mientas oficiaba una misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer, fue beatificado.
Spessotto, Romero y Grande fueron asesinados por "odio a la fe", según rezan cada uno de los decretos del Vaticano, y son recordados por su defensa hacia los pobres salvadoreños -fuertemente golpeados por el conflicto armado interno que dejó más de 75.000 muertos y entre 8.000 y 10.000 desaparecidos.
Cada uno -a su manera- denunciaba los ataques de los cuerpos de seguridad contra la población civil y otras violaciones a los derechos humanos. Los asesinatos del padre jesuita Grande, Nelson y Manuel, fueron perpetrados
en marzo de 1977, cumplen 45 años en este 2022 sin que los autores del hecho se hayan enfrentado a la justicia salvadoreña.
Mientras, en junio del año en curso se conmemoran 42 años del asesinato del religioso italiano Spessotto, quien nació el 28 de enero de 1923 en Mansuè (Treviso), fue enviado a Centroamérica como misionero en 1950 y asignado al municipio de San Juan Nonualco, en el central departamento de La Paz.
Al menos 500 religiosos, entre curas, monjes y laicos, fueron asesinados antes y durante la guerra interna salvadoreña.
Entre las víctimas religiosas también están los seis padres jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA), cinco de ellos españoles; tres monjas estadounidenses de la orden Maryknoll; y varios catequistas de las Comunidades Eclesiales de Base.
La guerra salvadoreña enfrentó al Ejército, y a la entonces guerrilla Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), ahora partido político de oposición.
PUEBLO NATAL DE GRANDE CELEBRA SU BEATIFICACIÓN
Feligreses católicos y habitantes de la localidad de El Paisnal (norte) celebraron con júbilo la beatificación de su pastor, quien fue un impulsor de la alfabetización en la zona rural del municipio.
Las personas se reunieron en el centro de El Paisnal para mirar por pantallas la ceremonia de beatificación que fue celebrada en San Salvador y con poco público debido al alza de contagios de la covid-19 registradas en los últimos días.
Además, un grupo de feligreses y seguidores del padre jesuita Rutilio Grande realizaron una peregrinación en el marco de la beatificación.
Las personas, la mayoría residentes del municipio de El Paisnal, localidad que vio nacer a Grande, se concentraron en el monumento conocido como las Tres Cruces y caminaron hasta el centro de la localidad.
En el pequeño poblado de El Paisnal, un municipio ubicado al norte del Departamento de San Salvador, con una extensión de 125,49 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 15.000 habitantes, nació el 5 de julio de 1928 el jesuita, conocido como padre Tilo.
"Casi a la mitad del camino, lo estaban esperando unos hombres fuertemente armados y apostados a ambos lados del camino. Cuando el vehículo llegó a la altura del cantón Los Mangos los asesinos abrieron fuego contra ellos causándoles la muerte", describe un libro biográfico de los cuatro mártires que ha sido distribuido por el Arzobispado de San Salvador.