PITTSBURGH, Pensilvania — Si pensamos en el concepto de lo que aquí en Estados Unidos se denomina como cultura hispanoamericana, vemos como tal narrativa –que generaliza a un continente entero, con países que son una amalgama de tradiciones– crea una imagen borrosa de la identidad latina.
Viviendo en un entorno donde la asimilación es inescapable, muchas personas se dan a la tarea de preservar y compartir el folclore de sus países de origen o sus antepasados.
Tras llegar a Pittsburgh hace un año, y ante la ausencia en representación de la danza peruana, Flor Mancco, asumió el liderazgo para llenar ese vacío.
Flor, quien es ingeniera en informática, ya había vivido en el extranjero.
Desde el 2008 al 2015 residió en España, donde encontró una nutrida comunidad peruana con grupos musicales y de baile, manteniéndose conectada con su cultura, aun en la distancia.
“En España los grupos de danza [peruana] hacían presentaciones en distintas clases de eventos, sin embargo, al llegar a Pittsburgh, supe que existía uno, pero que ya no estaba practicando”, explicó.
Sin tiempo que perder, buscó en redes sociales páginas comunitarias relacionadas a Perú y corrió la voz sobre su iniciativa.
Hoy día el grupo está formado y tiene un lugar destinado para sus ensayos.
Según describe Flor, Perú es un país muy diverso topográficamente, donde existen sierras, desiertos y zonas costeras.
Cada una de estas regiones cuenta con su propia historia e identidad cultural independiente.
Dentro de las danzas y ritmos musicales, ella resalta la “marinera norteña” y el “festejo”.
“La marinera norteña es una danza muy apasionada, y todos los peruanos la llevamos muy adentro, es algo muy autóctono. Su origen es en la zona costera al norte del país. El festejo es otra danza folclórica, la cual se originó entre esclavos negros durante el período colonial”, destacó Flor.
A pesar de haber estado practicando danzas folclóricas prácticamente toda su vida, dice que no se considera bailarina profesional.
“En Perú, la danza es parte del currículo educativo, de igual forma que se aprende ciencias y lenguaje, se aprende la danza. Desde la escuela primaria, ya se celebran certámenes de danza y presentaciones estudiantiles. Siempre formé parte de ellos y luego también lo practiqué en la universidad”, recordó.
Durante la entrevista, Flor fue muy explícita al establecer que el objetivo del grupo no es monetario, ni tampoco el de buscar algún tipo de reconocimiento o fama.
También aseguró que el danzar simplemente le divierte.
Al indagar sobre por qué la preferencia folclórica sobre ritmos musicales modernos, Flor dejó al descubierto su amor y orgullo de ser peruana: “Lo hago pensando en la gente pobre de mi país”.
Subraya que Perú ha progresado, sin embargo aún existe la pobreza:
“Muchos turistas llegan a lugares atractivos de Lima, al ver una mujer en su indumentaria indígena y llama, le ‘exotifican’ culturalmente, ignorando que dicha mujer muy bien pudo haber caminado millas, para ganarse algo de dinero para su familia”.
Las personas interesadas en formar parte de esta iniciativa cultural, pueden encontrar a Flor a través de la página del grupo en Facebook; Danzas Peruanas Pittsburgh.