La historia comienza en Los Teques, Venezuela, lugar de nacimiento y residencia durante casi toda su vida en el país tricolor. Estudió en uno de los campus que ha acogido a muchos profesionales de calidad como lo es la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde por “casualidad”, como le llama ella, entró en la carrera de farmacia.
“Eran alrededor de 6 mil personas, había 100 puestos [y] sólo 82 de nosotros pasamos el examen, ya en ese punto no pude, no estudiar farmacia”.
Sin embargo, uno de los sueños de Russo siempre fue el arte, más específicamente la música; tocaba el oboe a nivel profesional, participó en la sinfónica de la UCV, siendo una de las pocas seleccionadas para una gira por Latinoamérica.
“Siempre quise ser músico, me encantaba cantar, la sinfónica”, dice con orgullo al recordar su paso por la industria de la música clásica.
La travesía de Russo en Pittsburgh inició con el programa AuPair, luego decidió dar un gran paso y revalidar su título profesional, pasando por otras dificultades como los nombres de las enfermedades en el nuevo idioma.
Para aprovechar su tiempo, trabajó múltiples veces sin pago, intentando culminar sus prácticas rápidamente y ejercer.
Cuando finalmente se encontraba desempeñando su carrera, descubrió que tenía habilidades adicionales en el mundo de los negocios y decidió estudiar una maestría en ese campo, siendo sorprendida por la motivación de sus propios jefes, quienes la recomendaron para otros puestos más encaminados a su nueva pasión.
A pesar de las múltiples negaciones que recibió de las personas encargadas del reclutamiento de personal, ella fortaleció el deseo de seguir adelante.
“Yo siempre digo: un no, es simplemente buscar otra manera”, aconseja Russo mientras relata esa parte de sus experiencias, que después de conseguir ese sí, no hubo nada que la detuviera, pasando a ser directora y luego jefa de gabinete de la presidenta de esa misma farmacia que le abrió las puertas en el mundo laboral en EE. UU.
Tras recibir un correo que le informaba sobre una vacante como estratega de negocios de los Piratas de Pittsburgh, ella decidió postularse y logró el empleo.
Un dato curioso es que no sabía mucho de béisbol y –aunque parezca increíble– esto le benefició.
“Podía consultar sobre cosas que nadie preguntaba por estar ya establecidas y eso fue una ventaja para mí”, dice Russo sobre el rol que ha desempeñado por casi cuatro años.
¿Cómo logra balance entre la familia, los Piratas y sus negocios?
Confiesa que “lo más importante es identificar las acciones que dan el mejor retorno y enfocarse solo en esas”. Asegura también que no existe un balance, “lo que prima es la armonía”.
Subraya que ser mujer en un mundo liderado por hombres, no es fácil. Sin embargo, cuenta con la suerte de tener un jefe que la respalda en sus decisiones, pero que a veces debe probar que es un elemento clave, esto porque el mundo del entretenimiento –por ser mujeres y latinas– muestra un estereotipo errado:
“Cuando un hombre es asertivo es líder, pero cuando una mujer es asertiva es agresiva”.
Aconseja en sus mentorías una frase muy poderosa: “Acepta tu poder interior”, pues es una de las técnicas para empoderamiento más recomendadas ya que “si tú misma no te reconoces, nadie lo va a ser”.
Russo concluye con una reflexión: “Al final yo hago todo para dejar un legado, para que mi hija y todas las mujeres que vienen atrás sepan, que, si ellas deciden hacerlo todo, lo pueden hacer y si ellas deciden no hacerlo todo, también lo pueden hacer, porque tienen la elección de hacerlo y no [deben sentirse] obligadas a hacerlo como los demás digan”.
Si desea conocer más de Naily Russo, visite sus páginas web: https://www.naylirusso.com/ y https://americareinfo.com/pittsburgh/.
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FOTO: (Cortesía/Lee Ann K Photography)