El 15 de agosto de 2020, la ciudad de Panamá cumplió 501 años en medio de una crisis de salud mundial con medidas muy restrictivas para protegerse del coronavirus.
Un día antes, el Aeropuerto Internacional de Tocumen reabría sus pistas para operaciones comerciales –todavía de manera limitada– después de permanecer más de cinco meses sin tránsito de pasajeros para vuelos regulares.
Fue el aniversario de fundación de Panamá La Vieja, una fortaleza edificada entre piedras y ladrillos por Pedrarias Dávila en 1519, que destruyeron los piratas y corsarios ingleses, al mando de Henry Morgan en 1671.
El año pasado la nación celebró esos cinco siglos de historia con una serie de actividades oficiales y participación internacional destacando ruinas, herencia, cultura y arqueología que, desde 1976 se valora como monumento histórico y en 2003, la UNESCO declaró como Patrimonio de la Humanidad.
“Destruidas por el pirata Morgan en 1671, las ruinas de la primera ciudad colonial española en el Pacífico, Panamá la Vieja, se alzan en el corazón de la actual capital panameña. El conjunto arqueológico presidido por la alta torre de la catedral habla de su importante pasado, cuando durante más de un siglo fue el eslabón fundamental en la Ruta de la Plata en América y Europa”, destacan los archivos multimedia de unesco.org, donde se encuentra un enlace por cita para la reproducción de un video sobre sitios históricos de la ciudad de Panamá.
En tiempos coloniales, estas ruinas albergaron una catedral, cuya torre se cuida y protege por su gran valor arqueológico, y es uno de los centros de mayor atracción turística en el área metropolitana.
Aquí se encuentran también las ruinas de Los Conventos (Concepción, San Juan de Dios, San Francisco, La Merced y Compañía de Jesús), El Puente del Rey, el del Matadero, y El Cabildo.
Cuando los turistas llegan a Panamá, lo primero que le recomiendan es una visita a las esclusas de Miraflores, sobre El Canal; un recorrido por el Casco Antiguo y una parada obligatoria en las ruinas de Panamá Viejo.
De acuerdo a los libros de historia, aquí se instaló “el primer asentamiento español del litoral Pacífico en el continente americano”.
Llama la atención de nacionales y extranjeros porque muestra un paisaje natural que contrasta el pasado con el presente, entre escenarios panorámicos del gran desarrollo urbano y una arquitectura colonial viva, perfectamente conservada por las generaciones de panameños.