HAMILTON, Ohio — Fundada en 1791, la ciudad de Hamilton, Ohio conserva intactos muchos tesoros de arte y arquitectura.
Tal vez por esta razón ha sido escenario de producciones cinematográficas que buscan paisajes y edificaciones de valor histórico.
Películas como “The Old Man & the Gun” (2018) con Robert Redford, Casey Affleck, Danny Glover y Sissy Spacek, movieron toneladas de utilería y equipos para llenar de carros clásicos las calles de Hamilton y recrear aquella publicación de David Grann, bajo el mismo nombre, en The New Yorker (2003).
La pieza inspiró luego su libro “The Devil and Sherlock Holmes”.
La película narraba la historia de un amable y audaz asaltante de bancos, quien ya retirado del oficio, decide continuar, siempre saliendo victorioso a pesar de las sospechas de un policía investigador.
En la popular Villa Alemana, se halla el Museo-Biblioteca de la Sociedad Histórica.
Ofrece un viaje de regreso a la época victoriana, recordando el estilo de vida de los primeros empresarios de la región a finales del siglo XIX, en la famosa residencia Benninghofen, construida en 1862 e inscrita en el Registro Nacional de Sitios Históricos, el 17 de mayo de 1973.
Hamilton también preserva viejos caserones de madera y estructuras de ladrillo, algunas reconstruidas delicadamente sin alterar su forma original externa o internamente.
Muchas son hogar de oficinas, organizaciones sin fines de lucro, empresas, tiendas de antigüedades, boutiques, estudios de arte, carpinterías, talleres de ebanistería y hasta una tapicería que aún ofrece servicios para restaurar o revestir muebles.
Una antigua funeraria de Dayton Street, popular por actividades paranormales, es una firma privada de atención legal que siempre acapara miradas de los visitantes.
La conocida “ciudad de esculturas” es también una exposición permanente de arte urbano.
Los murales más creativos, ocurrentes y coloridos, sorprenden en cualquier rincón gracias a iniciativas individuales y proyectos como StreetSPark en conjunto con Fitton Center for Creative Arts.
Y, por supuesto, esculturas de todos los materiales, tamaños y formas se encuentran en cualquier esquina.
Hechas con bronce, piedra, metal, tubería, hierro fundido, alambres, láminas y reciclados, entre otros, permanecen listas para ser admiradas.
¡Una aventura gratuita en un simple paseo a pie!
Empieza en el edificio municipal, siguiendo la principal avenida, doblando hacia German Village y cruzando el puente sobre el río Great Miami.
Para finalizar se toma el desvío que lleva hasta la marca plateada, testigo de las inundaciones de 1913.
También está el parque de esculturas y galería Pyramid Hill, una experiencia de 300 acres con más de 60 piezas monumentales entre árboles y vegetación.
Cuesta $8 para adultos y $3 para niños entre 6-12 años. Los menores de 5 entran gratis.
Es tanta la pasión por el arte en esta ciudad que hasta los hidrantes han sido creativamente pintados.
Algunos ayudan a imaginar trazos asimétricos del pintor/escultor brasileño Romero Britto; temas de Disney, como 101 Dálmatas y hasta el reinventado personaje de Ciudad Gótica, El Guasón.