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Inmigración

¿Por qué el argumento “bueno para la economía” es un callejón sin salida?

por Brian Taylor (btaylor@lamegamedia.com)


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Los argumentos populares que los partidarios de los derechos de los inmigrantes usan con las personas nacidas en Estados Unidos sobre por qué deberían apoyar los derechos de los inmigrantes se centran en la idea de que ellos son buenos para la economía. 

Referir que “realizan los trabajos que nadie más quiere hacer”, “son un pueblo trabajador” o citar cifras sobre cuánto contribuyen al crecimiento económico, parecen puntos sólidos. 

Una mirada más profunda a estas explicaciones revelará sus limitaciones y nos ayudará a señalarnos un marco de defensa más poderoso para los nacidos en otras tierras.

Es cierto que muchos trabajadores inmigrantes que ingresan a la sociedad estadounidense tienden a realizar labores difíciles y a veces peligrosas. 

Son oficios que también suelen ser mal pagados con pocos beneficios y protecciones. 

Esto no es algo para celebrar o destacar si eres un defensor de los derechos de los inmigrantes. La realidad del asunto es que algunos empleadores se aprovechan de la situación legal tentativa de este grupo socioeconómico para reducir los salarios, no solo para ellos sino para la fuerza laboral en su conjunto. 

En ausencia de una lucha por la igualdad de trato y salarios en todos los ámbitos, esto a menudo causa divisiones y resentimiento, especialmente entre los trabajadores indocumentados y los nacidos en Estados Unidos. 

Esto no es nuevo. También fue el caso cuando la mayor inmigración procedía de Europa. 

También fue el caso cuando los negros que se liberaron de la esclavitud subieron al escenario como trabajadores libres en el siglo XIX.

Cuando la mayoría de los trabajadores inmigrantes tengan y sientan la protección y el apoyo necesario para no “laborar en los trabajos que nadie más quiere”, se reflejará que el estatus de este grupo ha mejorado mucho y que la discusión se desvanece. 

De hecho, de forma más individualizada, cuando un trabajador inmigrante obtiene la confianza, comprende sus derechos y tiene apoyo, él/ella –como cualquier otra persona– busca mejores salarios, oportunidades y condiciones.

Un punto adicional es que cuando las personas se enfrentan contra los bajos salarios y entornos laborales de “los peores trabajos”, se benefician las condiciones de todos los trabajadores, más que del hecho de aceptar un puesto.

El argumento del “buen latino”

Incluso otros intentan aferrarse a argumentos de respetabilidad basados ​​en el mérito de que los latinos son callados, se portan bien y no son amenazantes. 

Mientras que este autor diría que esta afirmación no es necesariamente falsa como generalización, es una afirmación que se puede hacer en general sobre cualquier raza, población o etnia en el mundo. 

La mayoría de las personas en el planeta, al parecer, solo quieren trabajar, volver a casa y disfrutar de la familia, los amigos, los pasatiempos y la recreación que les son propios.

El problema surge cuando algunas de estas mismas personas que promueven las defensas de la respetabilidad  –y esto sucede con más frecuencia de lo que uno podría pensar– asumen el papel de intentar vigilar el orgullo y la cultura de los miembros de la comunidad y los compatriotas: Desalentando el toque de música étnica en volumen alto, desalentando las calcomanías o pegatinas del país de origen en los automóviles o el resplandecer de algunos de los magníficos atuendos culturales menos conocidos o populares en los Estados Unidos. Algunos incluso llegan a desaprobar el uso de la lengua materna. 

Esta trampa, según la propia experiencia personal de este escritor, también existe en la comunidad negra. 

Las mismas personas que intentan defender el derecho a existir de una cultura, pueden convertirse en un control de volumen no deseado.

Y en los momentos en que una persona en la comunidad de inmigrantes comete una transgresión legal, o si toda una comunidad se enfrenta a alguna injusticia y se indigna, este argumento flaquea ante un cuestionamiento honesto o una crítica racista intencional.

Un enfoque diferente

Una gran debilidad de los argumentos económicos y de respetabilidad para apoyar los derechos de los inmigrantes es que subestima a la persona a la que uno puede estar tratando de convencer. Asume que la única forma de hacer que la gente piense favorablemente sobre otro grupo de personas es si obtienen un beneficio económico directo de ellos o si se les ve como ángeles indelebles. 

¿Qué pasaría si rechazáramos esa suposición y ofreciéramos a nuestros vecinos la oportunidad de comprender una base mucho más profunda para la solidaridad?

¿Qué pasaría si dijéramos que las personas deberían apoyar los derechos de los inmigrantes simplemente porque son seres humanos? 

¿Y si le dijéramos que el lugar donde nace la gente es un completo accidente y que las fronteras no deberían ser líneas definitorias para la humanidad?

 ¿Qué pasaría si dijéramos que las personas deberían poder moverse libremente por el mundo y tener derecho a trabajar donde lo necesiten para poder alimentar a sus familias? 

¿Qué pasaría si comenzáramos a explicar las acciones históricas de los Estados Unidos durante los últimos dos siglos que han contribuido a la lucha económica en todo el país? 

En resumen, no demos la bienvenida a los inmigrantes porque harán el trabajo sucio de Estados Unidos. O con la falsa idea de que están libres de imperfecciones que poseen todas las comunidades. 

Si es un científico, un trabajador de un restaurante, un parapléjico o una persona con discapacidad mental aguda. Si es un estudiante de honor o alguien que obtiene D y F. Si están activos en la comunidad o simplemente interactúan en videojuegos todo el día. 

Hay una razón universal para apoyar su derecho a ser tratado como alguien nacido dentro de las fronteras de Estados Unidos…. son seres humanos.




 
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