Santa Cruz de La Palma (España), 3 nov (EFE).- La continúa emisión de ceniza del volcán de la isla española de La Palma ha empeorado la calidad del aire en el oeste y noroeste insular y complica la operatividad del aeropuerto y la conexión aérea con el resto del archipiélago, mientras la tierra sigue temblando en la zona con un nuevo seísmo de magnitud 5.
La acumulación de ceniza en la zona de influencia de la erupción mantiene suspendida la actividad lectiva presencial este miércoles en los centros educativos de las poblaciones de El Paso, Los Llanos de Aridane, Tazacorte, Puntagorda y Tijarafe.
A la mala calidad del aire esta contribuyendo también una meteorología desfavorable, con la presencia "de una acusada inversión térmica y vientos flojos", que está complicando mucho la operatividad del aeropuerto de La Palma y que también podría afectar al espacio aéreo comprendido entre esta isla, La Gomera y el oeste de Tenerife.
La elevada concentración de partículas PM10 en la atmósfera llevó ayer a calificar de "extremadamente desfavorable" la calidad del aire en el municipio palmero de Los Llanos de Aridane, lo que obligó anoche al Gobierno de Canarias a divulgar un aviso a la población recomendando reducir cualquier exposición en la calle.
La actividad sísmica se mantiene también en La Palma, donde a las 7:27 GMT de esta mañana se ha localizado un terremoto de magnitud 5 a una profundidad de 35 kilómetros en el municipio de Mazo, que se ha sentido en toda la isla y en Tenerife y La Gomera.
Este ha sido el tercer sismo de magnitud 5 sentido en la zona en apenas cinco días, la más elevada desde que el pasado 19 de septiembre se iniciase la erupción volcánica.
Mientras, la lava continúa alimentando las coladas existentes, sin que ninguna de ellas haya experimentado avances significativos en las últimas horas, según el Departamento de Seguridad Nacional.
De acuerdo con los datos que proporciona el sistema europeo de monitorización por satélite Copernicus, la superficie cubierta por la lava del Cumbre Vieja cubre 997,8 hectáreas de terreno y la extensión cubierta por cenizas se sitúa en 6.686 hectáreas.
Las edificaciones afectadas por el volcán ascienden a 2.752, de las cuales 2.613 están destruidas y 139 posiblemente dañadas, y el número de carreteras afectadas suman 76,5 kilómetros, de los cuales 73,4 kilómetros están destruidos y 3,1 kilómetros con posibles daños.
Para el vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN) Stavros Meletlidis, hay que desterrar la idea extendida de que las erupciones en Canarias son "tranquilas" y opina que el nuevo volcán de La Palma está pasando por los "procesos esperables" dentro de los patrones de la vulcanología en el archipiélago canario.
Ahora ha entrado en una fase de emisión de muchas cenizas mientras continúa la efusión de lava, no tan intensa como hace una semana tras la última reconfiguración del cono.
