Gabriela Castillo nació y creció en Cuba; emigró a Estados Unidos cuando tenía 11 años.
Recuerda –como si fuera ayer– cuando acompañaba a sus padres para ver las presentaciones musicales en las plazas, especialmente “El Fruticuba”, en La Habana.
Gabriela es egresada de la Universidad del Norte de Kentucky (NKU), donde estudió música, se destacó colaborando en la oficina de asuntos latinos y empezó a fortalecer otra carrera en el campo de las artes.
Buscando alcanzar el sueño de ser actriz, se aventuró a participar en concursos de belleza para ganar experiencia.
En 2011 entró a Miss Kentucky USA clasificando entre los primeros lugares.
Logró escalar hasta Miss California (2013) quedando entre las 20 finalistas.
Ganó las coronas de Miss Millenium California y Miss Hispanidad Internacional, un certamen para rescatar la diversidad multicultural de la mujer de origen extranjero en los Estados Unidos.
Ya en Hollywood, interpretó personajes latinos en algunas producciones, confirmó que la actuación era su norte y estudió una maestría en este campo.
Gabriela asegura que sus padres “siempre-siempre” le inculcaron amor por la cultura cubana, enseñándole a valorar su identidad por encima de todo.
“Siempre he dicho que estoy muy orgullosa de mi acento, de mi color, de mi cabello, de mis raíces cubanas. Mis padres nunca han dejado de recordarme quien soy y de donde vengo, de un lugar con las más bellas expresiones de arte, el jazz afrocubano, la conga, los timbales, la guitarra española, la trompeta y el teclado”, dijo Gabriela Castillo a La Mega Nota, en una entrevista telefónica desde el hogar de sus padres en Louisville, Kentucky, donde ha estado durante la pandemia.
Todas esas vivencias de infancia le acompañan e inspiran.
“Hacían competencia de baile, de “rueda de casinos”. Siempre iba a verlo y me gustaba mucho porque las faldas de las mujeres se abrían con gran vuelo ofreciendo un escenario muy elegante y colorido”.
La creatividad y el ingenio para lucir bien es algo que tampoco olvida.
“Eran tiempos difíciles donde no había materiales ni telas para confeccionar vestuarios, pero la comunidad se las ingeniaba y buscaban la manera de lucir elegante para cada una de esas presentaciones de plaza. Muchas abuelas escogían los vestidos viejos, guardados por muchos años y los compartían para que se reutilizaran”.
En su memoria permanecen aquellas tardes de celebración yoruba en un vecindario de gran influencia africana que mostraba los “Toques de Santos”.
“Viví en el Municipio Playa con vecinos santeros, paleros y babalawos mirando siempre todas esas tradiciones. También me gustaba admirar sus fiestas porque a los niños espectadores de los cumpleaños de los santos, les regalaban dulces”.
En aquellos tiempos de infancia, dice Gabriela, los músicos más populares eran Isaac Delgado, el Médico de La Salsa y NG La Banda.
Aprendió a admirar las artesanías porque su padre creaba joyería con detalles del mar.
Moldeaba el alambre de cobre para convertirlo en hermosos accesorios, usando corales que secaba al sol, en el techo y luego pulía.
De la comida cubana recomienda el menú tradicional de su madre: croquetas de pescado, fricasé de pollo, sofrito de pulpo y calamares con yuca frita, paleta de puerco asada y el congrí o moros y cristianos.