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Revuelta nacional: “El problema real es el racismo”

por Hugo Marín (hugo.marin@lamegamedia.com)


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Revelando una ira acumulada por siglos a causa del racismo institucional, las protestas reprochando el asesinato de George Floyd en manos de un oficial de policía blanco, se han extendido desde Minneapolis a todo el país.

Durante la historia de los Estados Unidos, la gente de tez morena ha sido sometida a actos de violencia por parte de agentes del estado, o miembros de la mayoría blanca.

Las manifestaciones masivas contra la violencia estatal no son nuevas y han conformado la política estadounidense, desde el movimiento de derechos civiles, en Ferguson, Missouri, hasta hoy.

Las escenas de Minneapolis, Atlanta o Brooklyn –por ejemplo– son solo el último capítulo de esa historia.

Sin embargo, las demandas legítimas de los manifestantes están siendo subsumidas por políticos y medios noticiosos que cuestionan si se está protestando de manera adecuada.

Las manifestaciones son sobre la muerte de George Floyd, pero los líderes políticos se enfocan en el temor a la violencia encontrada en las manifestaciones y en la destrucción de propiedades, pero sus preocupaciones demuestran la disparidad fundamental contra las que se lucha.

En muchos casos, donde personas mueren mientras se encuentran bajo custodia de agentes de la policía –como George Floyd, Breonna Taylor, Eric Garner, Michael Brown y Tamir Rice, entre otros– los uniformados responsables no sufren repercusiones, ya que están protegidos por la ley.

Si los hombres que mataron a George Floyd van a prisión por sus acciones, serán excepciones a este hecho.

Investigadores de la Universidad de Rutgers, la Universidad de Michigan y la Universidad de Washington en St. Louis, en un estudio reciente trataron de cuantificar la amenaza en la vida de hombres negros, que representa un agente de la policía.

Según los resultados, estos enfrentan 1 de cada 1,000 probabilidades de ser asesinados por la policía en el transcurso de sus vidas.

Pero esa es solo la forma más extrema del racismo o discrimen.

De acuerdo a una investigación del Washington Post en el año 2018, los hombres negros y latinos tienen el doble de probabilidades que los blancos de ser detenidos por la policía mientras manejan.

Ambos son mucho más propensos a ser registrados una vez que la policía los detiene.

Los asesinatos de personas blancas tienen más probabilidades de resolverse que los de personas negras.

Los blancos representan menos de la mitad de las víctimas de asesinato en Estados Unidos, sin embargo, el 80 por ciento de los asesinos convictos y condenados a muerte habían matado a una persona blanca.

Los estadounidenses de raza negra tienen muchas más probabilidades de ser arrestados y acusados ​​por delitos relacionados con drogas, a pesar de que no hay una disparidad significativa en cuanto a la cantidad de narcóticos que esas poblaciones usan.

Las personas negras con potencial para servir como jurado en una corte, son mucho más propensos a ser despedidos por los fiscales en contraste con candidatos blancos.

El discrimen racial está generalizado en la justicia estadounidense, y se manifiesta en cada paso, desde el arresto hasta el juicio, hasta la condena y el encarcelamiento.

El asesinato de George Floyd es solo un ejemplo extremo de cómo el estado ejerce su poder sobre los estadounidenses negros. Eso es lo que quienes protestan por su muerte deseam cambiar.

Por otro lado, no todo el racismo es institucional.

También existe a nivel social, como sucedió con Ahmaud Arbery en Georgia.

El tipo de “sospecha” que condujo a que unos “presuntos vigilantes” mataran a Arbery, sucede todo el tiempo.

En una encuesta reciente de Pew, el 65 por ciento de las personas negras encuestadas dijeron que alguien había actuado con sospecha hacia ellos debido a su raza. Solo el 25 por ciento de los estadounidenses blancos dijo lo mismo.

Las protestas masivas son una de las pocas herramientas que las personas tienen para objetar la violencia policial, y hay un largo historial que muestra cuán raramente los oficiales son arrestados, y mucho menos condenados, aun cuando matan a alguien en el cumplimiento del deber.

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