Su nombre artístico es Rodest “el Único”, vive en Pittsburgh, en el área de Coraopolis, y es un sólido intérprete de música urbana. Oriundo de Guatemala, lleva más de una década lanzando material, en el 2018 fue nominado a un premio regional en su país natal por mejor canción original, y su último tema titulado La Misión, es lo que en la calle se denomina genuinamente como “un palo”.
El tema tiene un estilo tipo discoteca reminiscente a los de la época dorada de Wisin y Yandel. La rima es versátil y original, los versos fluyen y destaca su dominio del palabreo. La canción contiene una pista bailable que comparte con su igualmente talentoso colega de muchos años, Zynder.
Otro de sus temas que merece mención es una colaboración con la cantante de pop urbano Kenia Hernández llamado Suavecito. Se trata de un reggaetón relajado, de vibra playera y en la que Rodest demuestra sus habilidades en el rap, incorporando un “fraseo” de hip hop.
A la edad de nueve años, inspirado por Daddy Yankee y Vico C, empezó a escribir sus propias canciones. Luego, durante su adolescencia tenía dos amigos con quienes compartía el amor por la música rap y quienes en el futuro se convirtieron también en sus colaboradores artísticos: Cedric Gil alias Zynder y Kenny Calderón, este último con una inclinación hacia el aspecto de la producción.
En 2012, Rodest le presentó a su amigo Kenny la idea de grabar una canción, a este le gustó la propuesta y pusieron manos a la obra. Para el tema –su primer sencillo– incorporó un coro característico del reggaetón llamado “chanteo” que despertó interés por componer material para este género.
Según explicó el rapero en entrevista con La Mega Nota, esa fue una época de aprendizaje.
“La primera canción que grabamos no quedó tan bien como esperábamos. Sabes que cuando se empieza en algo uno va experimentando, intentando diferentes cosas. De todas formas, a mí me gustó y todavía la tengo. Me hace recordar cómo fueron mis inicios [en la música], me motivó a hacer más, a cambiar y mejorar”.
En referencia a la diferencia del rap y el reggaetón dijo: “El rap es más ‘flat’, tiene una estructura vocal basada en líneas directas. El reggaetón es otra situación, en ocasiones se necesita ser melódico, a veces necesitas subir de intensidad y luego bajarla. Entonces también tienes el espacio para el ‘chanteo’.
En cuanto a la lírica –afirma– el rap tiende a contar historias mientras que el reggaetón “puede contar historias, pero también puede ser de pura gozadera”.
Pese a que el género urbano latino en Pittsburgh es una industria que aún no se ha desarrollado, ante la popularidad de esta música en el público anglosajón, para Rodest esto representa una oportunidad de establecerse y crecer.
De hecho, confiaba en que tras la presentación de Farruko se solidifique el movimiento a nivel local, abriendo puertas de escenarios y productores en la zona.
A quienes tienen interés de adentrarse en la cultura del rap o el reggaetón, Rodest les aconseja que “nunca den sus sueños por vencidos. Es importante que perseveren porque el momento llegará, pero no es cuando uno quiere, sino a su debido tiempo, cuando tiene que pasar”.
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FOTO: (Cortesía/Rodest)