Si algo distingue a la región del Caribe es la abundancia de sabores provenientes del mar.
Cuando se dice “pescado frito con tostones” esta es una receta que une a Puerto Rico, Cuba, República Dominicana y las regiones costeras de Colombia y Panamá.
Cuando se habla de “arroz con habichuelas”, ahí dicen presente la isla boricua y Quisqueya, pero si le cambia el nombre en Panamá por “arroz con porotos” se trata del mismo plato en el que solo rotan combinaciones de carne de res, cerdo, pollo o mariscos.
Si pide un “sancocho” en estas regiones saben bien que se trata de una sopa, lo único que, dependiendo del país, encontrará otras variaciones con más o menos verduras.
En Panamá, por ejemplo, es diferente la sopa que el sancocho.
La sopa –de carne, pollo o pescado– lleva maíz nuevo, chayote, zapallo, plátano y muchos otros vegetales, además de raíces como la yuca, ñame y “otoe”, que en algunos países llaman malanga o yautía. Nunca le falta el culantro.
El sancocho panameño es único. Se hace con “gallina de patio” para garantizar el mejor sabor y solo lleva ñame (preferiblemente el baboso que es muy suave), culantro, ajo, cebolla, sal y pimienta. Es como un caldo concentrado de pollo orgánico.
Tanto la sopa como el sancocho son recetas favoritas para almorzar y se acompaña con arroz blanco.
En Colombia, la base de un buen sancocho es como la sopa de Panamá.
Es un plato muy popular que va cambiando entre regiones, dependiendo de los ingredientes que se tengan a mano para añadir a la preparación.
Existen muchas y variadas recetas: de pescado, cola de res, de gallina y otros con varios tipos de carnes, que es favorito en la Región Andina.
Lleva papa, yuca, plátano, mazorca, condimentos, cebolla y cilantro picado.
Todo se cocina hasta que está en su punto.
Se acompaña de arroz blanco, aguacate y carimañolas.
Estas son como empanadas o bolas preparadas con una masa de yuca cocida y molida, rellenas de carne que luego se fríen.
En Panamá las carimañolas se acompañan con hígado de pollo y conforman el grupo de las llamadas “frituras”, no tan saludables, pero igualmente deliciosas.
El plátano está presente en muchísimas recetas dominicanas, mexicanas, boricuas, panameñas, centro y sudamericanas.
Se puede comer verde o maduro, frito en rodajas o aplastarlos para refreír y disfrutar de tostones. En Panamá se les llama patacones.
Por todos lados se dice que “para el caribeño no hay una mejor combinación en la mesa diaria que el arroz con habichuelas guisadas”. ¡Esto hasta se come solito sin pensar en carne u otro acompañante!
Pedir un plato de habichuela significa que en otro país latinoamericano le servirán frijoles, bien sean rojos, negros o pintos. Recuerde que en Venezuela les llaman caraotas y en Panamá porotos.
En cuanto a postres, uno compartido siempre y que se puede traer como “souvenir” comestible es la “cocada” panameña que lleva miel de caña, canela, ralladura de naranja y se vende en distintos colores.