Uno de los heridos en el concierto del rapero Travis Scott el pasado fin de semana en Houston (Texas), en el que una avalancha acabó con la vida de ocho personas, ha demandado a los organizadores del evento, en el que también hubo decenas de lesionados.
EDl demandante, Manuel Souza, "sufrió graves lesiones corporales cuando la multitud descontrolada en el concierto lo tiró al suelo y lo pisoteó", se explica en la demanda presentada en el condado texano de Harris, al que corresponde Houston, según informó este lunes la cadena CNN.
La querella va dirigida contra el rapero y productor Travis Scott, quien fue el organizador del Festival Astroworld, así como la compañía de entretenimiento Live Nation, la promotora de conciertos Scoremore y otros involucrados en el evento, según precisa la cadena estadounidense.
Según la querella, "los acusados ni planificaron ni llevaron a cabo el concierto de manera segura".
"En cambio, ignoraron conscientemente los riesgos extremos de daño a los asistentes al concierto y, en algunos casos, alentaron y fomentaron activamente comportamientos peligrosos. Su negligencia grave causó lesiones graves al demandante", añade la denuncia, en la que se pide una indemnización de un millón de dólares.
Las autoridades de Houston están investigando qué fue exactamente lo que provocó la avalancha.
Una de las hipótesis que están barajando es la posibilidad de que alguien empezara a inyectar drogas a los otros espectadores, una teoría que ha estado circulando por redes sociales y que mencionó el pasado sábado el jefe de Policía de Houston, Troy Finner, durante una rueda de prensa.
Finner dijo que le había llegado información sobre un agente de seguridad que intentó inmovilizar a alguien durante al concierto y recibió un "pinchazo" en el cuello.
Las autoridades locales apenas ofrecieron más detalles, pero ante la insistencia de los periodistas, el jefe de bomberos de Houston, Sam Peña, explicó que el personal médico que estaba en el concierto tuvo que administrar "varias" dosis de Naloxona, pero no dio un número exacto.
Sobre las 21.15 hora local (02.15 GMT del sábado), se desató el pánico y la multitud empezó a empujar en la dirección del escenario, mientras se producían peleas entre los asistentes y algunos perdían el conocimiento.
Como resultado, además de los ocho muertos, 25 personas fueron hospitalizadas, de las que 13 todavía están recibiendo atención médica, incluyendo cinco menores de 18 años, de acuerdo a los datos actualizados que ofreció este sábado Peña.
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