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Salud

Sobrepeso, cuestión de sumar y restar

por Dr. Diego Chaves-Gnecco, MD, MPH, FAAP (diego.chaves-gnecco@chp.edu)


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El sobrepeso y la obesidad son epidemias que nos afectan a todos, pero especialmente a las minorías, inmigrantes, los latinos y a nuestros niños. 

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) 20 de cada 100 niños latinos presentan obesidad en comparación con 18 de cada 100 niños no-latinos. 

La obesidad en niños los hace más propensos a tener obesidad de adultos y enfermedades como la diabetes (azúcar alta en la sangre), presión arterial alta, problemas del corazón, riñón, complicaciones respiratorias e incluso muerte temprana.

El sobrepeso y la obesidad son cuestión de balance, de sumas y restas. 

Comemos para tener energía en nuestras actividades diarias. Lo que comemos se puede cuantificar en calorías. 

Las calorías consumidas son utilizadas por el organismo para ser quemadas como energía en actividades diarias como caminar, vestirnos, trabajar, estudiar, comer y dormir.

Si consumimos más calorías de las que utilizamos, estas se almacenan, se convierte en tejido graso y ganamos peso. 

Si consumimos un número balanceado de calorías –es decir el mismo número que quemamos en nuestras actividades diarias– entonces mantendremos nuestro peso. 

Si consumimos un número de calorías menor al que utilizamos (quemamos) a diario, entonces bajamos de peso.

El organismo al ver que necesita más calorías de las consumidas para mantener las actividades realizadas recurre entonces a sus reservas como el tejido graso y lo convierte en calorías que serán quemadas y por consiguiente bajamos de peso.

Los latinos estamos propensos al sobrepeso y la obesidad porque no mantenemos un balance adecuado de nuestras calorías: tendemos a consumir más de las que gastamos. 

Esto tiene múltiples razones. 

Cuando llegamos a los Estados Unidos, nuestros hábitos cambian y con ellos el consumo y gasto de calorías. Nos volvemos menos activos. Caminamos menos.

Utilizamos más el carro. Si pensamos en la actividad física que llevábamos en nuestros países de origen, es claro que allá éramos más activos: caminábamos más, utilizábamos más el transporte público, incluso practicábamos deportes todo el año. 

Por el contrario, en los Estados Unidos, durante el invierno permanecemos inactivos. 

En nuestros hogares tendemos a ver más televisión, a usar más el control remoto, a ser menos activos.

Al mismo tiempo que nos convertimos en sedentarios nuestro consumo de calorías aumenta. 

Los alimentos en los Estados Unidos tienden a ser procesados, con mayor contenido de calorías y con porciones más grandes. 

En Latinoamérica consumíamos más verduras y frutas y menos comidas procesadas.

¿Qué podemos hacer?

El Dr. Felipe Lobelo del CDC, recomienda los siguientes cinco hábitos: 

1) Más frutas y verduras

El consumo de frutas y verduras es fundamental para combatir la obesidad. 

Estas deben reemplazar dulces y grasas, así como los jugos y las bebidas con sabores, en muchos casos llenas de calorías. 

Entre más verduras y frutas haya en casa hay mayor probabilidad que estas se consuman. 

Para evitar que sean costosas es mejor comprarlas cuando están en cosecha (duraznos y nectarines en julio y agosto, manzanas en septiembre y octubre). 

Si en casa hay solo peras y manzanas la opción es comer la pera o la manzana. 

Por el contrario, si hay otras comidas no saludables como papas fritas es más probable que estas se consuman. 

Hay verduras que ofrecen un contenido de calorías muy bajo como las espinacas, la lechuga, el apio y los pepinos.  

2) Menos tiempo de pantalla

El ideal es pasar menos de dos horas al día al frente de una pantalla (televisión, videos, videojuegos y celulares). Es mejor caminar o practicar un deporte.

3) Más actividad física

El ejercicio reduce el riesgo de diabetes, enfermedades del corazón y ciertos tipos de cáncer. 

Se recomienda por lo menos 30 minutos de actividad física diaria para mantener el peso y una hora diaria de actividad física para bajar de peso. 

El ideal es buscar una actividad que se disfrute como jugar fútbol, bailar o caminar. Si la actividad física se hace en familia es mejor.

4) Eliminar bebidas azucaradas

Las sodas y los jugos tienen muchas calorías; no muestran componente nutricional. El ideal es fomentar el consumo de agua.

5) Dar ejemplo 

Los buenos hábitos de salud son posibles si los padres les dan importancia y ejemplo a sus hijos. 

El fomentar hábitos saludables en la comunidad ayuda a otros y a nosotros mismos.

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