Hace aproximadamente 15 años, en tiempos cuando formaba parte de una agrupación musical local, fuimos colectivamente invitados a participar de un evento artístico en protesta a la entonces guerra contra Iraq y Afganistán.
La actividad se llevaría a cabo en una galería de arte ubicada en la desventajada municipalidad de Braddock, justo a las afueras de Pittsburgh.
Esa noche, recuerdo que era invierno, hacía frío y mientras esperábamos por nuestro turno, compartía con mis colegas afuera del establecimiento planificando la presentación. En eso se nos acercó un hombre alto, corpulento, de cabeza rapada y tatuajes; contrario a su “ruda” apariencia era muy amable. Se presentó como organizador del evento, prendió una fogata para que nos calentáramos y se sentó a platicar.
Aún no lo sabía, pero se trataba de John Fetterman, quien era alcalde de Braddock y vivía en los altos de la galería. Durante la casual conversación se evidenciaba su humildad, pensamiento progresista y compromiso con la comunidad. Nunca se identificó como alcalde.
La victoria de Fetterman para representar a Pensilvania (como senador) en las elecciones de medio mandato efectuadas el 8 de noviembre, fue una de las más destacadas tras desplazar a la personalidad de televisión Mehmet Oz, popularmente conocido como Dr. Oz, quien fue el candidato endosado por el expresidente Donald Trump.
Fetterman, quien corrió como candidato demócrata, tiende a mostrar una inclinación política de izquierda cónsona a la de sus homólogos Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders.
De hecho, previo a ser alcalde de Braddock, se desempeñó trabajando en un programa para ayudar a los jóvenes del empobrecido pueblo.
No obstante, su elección no fue abrumadora como la del nuevo gobernador –también demócrata– Josh Shapiro, quien alcanzó una ventaja del 14%, obteniendo la mayoría con el apoyo que recibió en las zonas más densamente pobladas del estado como Filadelfia y Pittsburgh.
Examinando el mapa electoral, la gran mayoría de las zonas rurales en Pensilvania favorecieron al partido republicano.
Por otro lado, la ola roja de victorias republicanas que vaticinaban muchos analistas políticos, sí arropó al estado de Ohio, donde Mike DeWine alcanzó una cómoda ventaja sobre Nan Whaley, y J.D. Vance derrotó al demócrata Tim Ryan.
El Partido Republicano es uno de tendencia conservadora, y su plataforma política es de preservar el “status quo”. Por lo general este suele favorecer al sector adinerado bajo la primicia de que personas ricas, a través de inversiones, crean empleos para las clases desfavorecidas y por ende una economía sólida.
Lamentablemente, esta posición conservadora se presta para que grupos de extrema derecha, algunos abiertamente racistas como los Proud Boys y los Oath Keepers, respalden al Partido Republicano, influenciando en las decisiones de oficiales electos, un fenómeno que desembocó en la insurrección contra el Congreso en enero del 2021.
A pesar de que contiene un puñado de miembros izquierdistas, el partido demócrata por su parte es uno de centro, pero progresista y que intenta evolucionar su política de gobierno a la par con los cambios socioculturales de los Estados Unidos.
Contrario a los republicanos, los demócratas tienden a favorecer a las clases sociales desaventajadas, bajo la noción de que menos personas pobres fortalecen la economía nacional.
Para la tranquilidad de todos, el período eleccionario ha terminado y ahora tendremos un pequeño descanso hasta que empiece la carrera para el 2024.
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*En la foto, Josh Shapiro y su familia salen del centro de votación el 8 de noviembre de 2022. Shapiro es el gobernador electo de Pensilvania. (Facebook/Josh Shapiro)
